Juan Pablo Pompei Como cuarto árbitro, el olavarriense vivió en primera persona toda la tensión del Central - Boca jugado en Arroyito. Habló del clima, de la situación de Ceballos, y de la necesidad de cambios a partir de la próxima gestión en AFA.
La imagen es fuerte. La cancha de Central como una especie de Vesubio antes de sepultar a Pompeya, el Vasco Arruabarrena retirado por un efectivo de la policía de la provincia de Santa Fe ante la inminencia de una agresión y Juan Pablo Pompei a unos pocos pasos de donde todo estaba a punto de desmadrarse, en el partido de más alto riesgo que presentó este año (por lo menos) el fútbol argentino.
Desde la previa de aquella revancha entre River y Belgrano, del 26 de junio de 2011, nunca se había hablado, escrito y opinado tanto acerca de la seguridad en un espectáculo deportivo como en las horas que precedieron a este Central - Boca después de la final de la Copa Argentina, en la siempre caliente Rosario y en el Gigante.
Allí estuvo el olavarriense: "La verdad es que estábamos muy preocupados en un principio, por todos los comentarios que se habían hecho después de la final de la Copa Argentina. Por eso el jueves nos pusimos en contacto con Mauro Vigliano y con los dos asistentes para ultimar detalles; llegamos muy cerca del mediodía el mismo domingo, y nos quedamos comiendo en el hotel".
"Fue bueno llegar a la cancha, ver que el clima estaba más relajado; después tuvimos una charla con los dos cuerpos técnicos y con los capitanes, y sentimos la seguridad de que las cosas podían llegar a salir bien. Pero... adentro el clima fue tenso, aunque colaboraron los entrenadores, los jugadores, la policía y, salvo el incidente del hincha que se metió en la cancha, y las banderas que pusieron, dentro de todo pudimos llevar el partido adelante entre los cuatro, en una jornada que fue realmente histórica, no?" celebró Pompei.
"La cancha de Central siempre brinda un marco especial, pero todo lo que se vivió en la semana hacía prever que el clima iba a estar bastante pesado y así lo fue, como lo fue contra el banco de suplentes de Boca. Yo estaba del lado de la platea de Central y fueron muy duros hacia la persona de Arruabarrena. Nos relajamos recién a la noche, cuando llegamos al hotel y sentimos que las cosas habían salido dentro de los parámetros normales" agregó.
El temor de que la mecha más insignificante hiciera volar todo por los aires sólo estuvo en un momento. "Cuando entró el hincha fue la situación de mayor crisis. La idea nuestra era irnos si nadie nos brindaba seguridad, pero cuando hablamos con los dos técnicos y Arruabarrena dijo ''si la policía me da seguridad, sigamos'', hablamos con el jefe de seguridad, nos brindó todas las garantías y a partir de ese momento todo se terminó de encauzar" reveló.
Juan Pablo dio su reflexión sobre este tiempo del campeonato, y los cuestionamientos a la labor arbitral. "Es un momento que se ha desmadrado todo, y los más veteranos y quienes nos conducen debemos tener la sabiduría y la tranquilidad para tomar decisiones que no empeoren el momento. Lo mejor que pudo pasar es que el torneo haya terminado, evaluar la situación de Diego (Ceballos), de Marcelo (Aumente), privilegiar el sentido humano. Fue un error, por eso creo que todos nos debemos un momento de mucha reflexión, mucha evaluación y que el tiempo dé un veredicto lo más sabio posible. Una noche mala la hemos tenido todos; empañó una fiesta, tendrá que pagar con una sanción dura, pero si llegó a dirigir ese partido fue porque quienes lo pusieron ahí lo vieron con la capacidad suficiente como para hacerlo" argumentó el árbitro olavarriense.
Para cerrar con el tema arbitraje, Juan Pablo advirtió que a la temporada le "quedan diez o doce partidos del mismo grados de intensidad de lo que fue la Copa Argentina, así que hay que equivocarse lo menos posible y los que tengan o tengamos la suerte de dirigir saquemos lo mejor posible todo lo que queda".
En el final no escapó a la necesidad de que un cambio político en la AFA impulse a la vez un cambio en los usos y costumbres del fútbol argentino. "Creo que cualquiera de los dos candidatos tiene que saber que se deben cambiar muchas cosas tanto dentro como fuera de la cancha, y creo que después del 3 de diciembre gane quien gane va a haber cambios profundos en la AFA".