Torneo Federal "B" Desde hace varias semanas vive en vilo por la salud de su padre, internado en Buenos Aires con un coma inducido por una severa crisis cardíaca.
"Sos fuerte como un roble y no te das por vencido ni aún vencido. La peleaste como un guerrero y acá estamos cuidándote para que nada te falte". Con estas y otras frases, Juan Longhini ha testimoniado en redes sociales durante las últimas semanas la lucha que día a día, minuto a minuto da su padre para seguir aferrado a la vida tras una severa crisis cardíaca.
El "Bicho" grande había tenido un complicada arritmia hace un año y media, y quince días atrás una nueva crisis cardíaca lo puso al borde de la muerte. Con esta angustia han convivido Juan y su familia desde entonces.
Hoy, toda la familia Longhini está en Buenos Aires al lado de aquel arquero maravilloso de la década del 80, menos Juan, que a pedido de su padre se quedó en Olavarría para hacer lo que tanto disfrutaban padre e hijo, uno adentro y otro caminando de punta a punta del otro lado del alambrado de la cancha de Ferro.
"Estamos viviendo días muy duros toda la familia. El Viejo la está peleando y nosotros la estamos peleando al lado de él, y tenemos esa luz de esperanza para que todo salga adelante" confesó este jueves Juan, tras la práctica de fútbol de Ferro, previa al partido de este domingo con el puntero Sansinena.
"El Viejo tuvo una arritmia severa en de corazón y un infarto hace un año y medio, y hace quince días le volvió a pasar. Tenía un stent en una arteria, se le volvió a tapar, le pusieron otros dos, pero se le hizo un coágulo y ese le provocó otro infarto. Yo no entiendo nada de medicina... Lamentablemente el lunes le dio otro paro cardio-respiratorio y ahora está en un coma inducido para el que corazón no trabaje tanto" relató Juan.
Así, con el cuerpo dentro de una cancha y la mente en Buenos Aires pasan los días de Juan Longhini. "La vida tiene que seguir, aunque es muy difícil cargar con esto. Hay que ser fuerte y gracias a Dios están mi mamá y mis hermanas con él, y yo tengo acá el apoyo de mi señora y su familia, de mis hijos, de mis compañeros de trabajo, de mis amigos, de los amigos que he hecho estos diez años en Ferro. Entre todos me dan fuerzas y hacemos fuerzas desde afuera para que el Viejo supere este mal momento".
La última vez que hablaron de fútbol padre e hijo fue antes del partido con Kimberley. "Me dijo que jugara, que era lo mío, pero en Buenos Aires lo trasladaron desde el instituto IMAC a una clínica de San Justo y se volvió a descompensar. Ahora está en el IMAC otra vez, atendido por los mejores profesionales y me dijo el director que nadie lo va a mover de ahí, para lo mejor o para lo peor".
Desde hace varias semanas, cada domingo es una situación puntual. "Antes del partido con Sarmiento de Ayacucho hablé con Daniel (Torrisi) y le dije que iba a jugar; me entrené toda la semana pensando en que iba a estar de arranque, pero el viernes de la semana pasada me llamó mi mamá y fui al primero que le dije que no estaba para jugar; y tuve todo su apoyo, como siempre desde que estamos en esta pesadilla. Tomé la decisión que lo mejor era quedarse y espera acá la evolución"
Juan finalmente viajó, llegó casi sobre la hora del partido, entró en el arranque del segundo tiempo y la primera en la primera pelota que tocó aseguró el resultado del partido, como tantas otras veces, salvó que en esta ocasión no estaba el "Bicho" viejo corriendo del otro lado del alambrado para buscar la mirada cómplice de su hijo.
"Cuando vi la pelota adentro del arco se me hizo un nudo en la garganta; siempre lo tuve gritando del otro lado y ahora lo no tengo" lamentó Juan, emocionado.
Que muy pronto vuelta a estar "Loco", como ha sido siempre...