Amistoso internacional La Argentina le ganó a Uruguay 78-63 ante un marco excepcional de público, superior a los tres mil espectadores. En la previa hubo un conmovedor homenaje a Sergio Santos Hernández.
Fotos: Marcelo Kehler
Cuando una previa es capaz de producir tantas sensaciones, es muy difícil que después el partido pueda llevar tan alta la vara.
Venía sin grandes novedades, hasta que en un instante, luego de las formalidades y de las presentaciones de los equipos, se proyectó un video que logró lo más complicado: sorprender, emocionar, conmover, desacomodar a todo el público que llenó el Maxi como en sus noches más importantes.
En el aperitivo llegó el plato fuerte. Es así. Un video del que salieron alegorías y conceptos con un destinatario, aunque sin imaginar que se podía llegar a tanto. Sergio Hernández fue ese destinatario (alguien que ya están en la succión de a los Emiliozzi en la consideración deportiva de los olavarrienses) guionado, interpretado y locutado por uno de sus hijos o, vaya a saber, quizás por los dos mellizos.
Esa voz (o voces) para acompañar aquellas imágenes tantas veces vistas de comienzos de la década pasada, proyectadas sobre una pantalla gigante sobre la cabecera que da a la cancha de golf. Al finalizar Sergio se quebró como nunca se lo había visto, y desde lo alto del Maxi hasta la primera butaca, casi pegada al piso, partió una ovación en el más puro sentido de la palabra que se prolongó por tres, cuatro, cinco minutos.
A nadie se le ocurrió en este momento mirar el reloj (hubiese sido casi imperdonable), porque tenía las manos ocupadas en otra cosa, ante la mirada absorta de todo el equipo uruguayo que contemplaba sin entender, y se habrá preguntado qué había hecho ese hombre, el más pequeño en talla de toda la delegación argentina, para provocar una muestra de agradecimiento tan grande.
Después llegó el partido. Típico con los desniveles y las monotonías de una instancia preparatoria, que la Argentina ganó sin problemas, con algunas caras conocidas, otras más o menos y varias que tal vez la multitud empezará a conocer y reconocer a partir de esta noche.
Es que habían ido a otra cosa. A seguir agradeciendo por cosas que pasaron ya hace más de tres lustros, y que jamás se podrán olvidar.
Este nuevo clásico basquetbolero del Río de la Plata fue arbitrado por la terna que compusieron Juan Fernández, Diego Ruogier, Oscar Brítez, y el equipo nacional le ganó a Uruguay en la previa a su participación en los Juegos Deportivos Panamericanos de Toronto por 78-63, con parciales 14-13, 33-25 y 55-41.
La Argentina debutará en el Grupo B de los Panamericanos el 21 ante México, más tarde se medirá con Canadá, y luego con República Dominicana; el 24 del corriente serán las semifinales y el 25 la final y el tercer puesto. Con otro equipo, en agosto, la Argentina disputará el Preolímpico en México.