AUTOMOVILISMO

El turno de Maldonado, Oliván y Maxi Lezaeta

TC 2000, TC Menores y TC Pista

Por Manuel Poyán (*)

Especial para EL POPULAR

En principio, al no venir Nadal, en un sentido esto ha potenciado a los demás jugadores anímicamente. Les quitó presión venir como no favoritos y eso suele pasar. Eso se puede volver a favor, porque España no era el favorito.

La pista tuvo que ver. Aunque tradicionalmente tanto a argentinos como a los españoles nos cargan el San Benito de que sólo sabemos jugar en tierra, en esta final estaban Nalbandian, gran sacador y restador, y Feliciano. Esta pista estaba más para David que para Del Potro, que le quitó "hierro". El viaje a Shanghai no le dio tiempo para descansar, pero no se le podía pedir a Juan Martín que no fuera al Masters, ya que había clasificado luchando como un tigre.

También en esta pista Feliciano López estuvo bien, como gran sacador tenía sus argumentos. Ferrer venía desmoralizado, pero eso no le quita méritos a David. Tenísticamente hablando, era el resto de Nalbandian contra el saque de López y nos quedamos sin ver ese partido. Eran las dos puntas. El secreto es formar un equipo. Ferrer renunció al verse peor que Verdasco. Al tener tantos jugadores, Sánchez Vicario tenía muchos a su disposición y eso es una ventaja.

La Argentina no me decepcionó, sino que España jugó en gran nivel. El 1 a 0 no basta para ganar la Davis. La clave fue que López empatara el viernes y que el dobles ganara un partido complicado ante Nalbandian y Calleri. Después de Casal y Emilio, no habíamos tenido una buena pareja. Ahora si.

Y el público estuvo dentro de lo que se esperaba. Acá no escuché insultos, sólo slogans inteligentes. Presionó sí, pero mucho ruido se puede volver en contra. Al final terminó aplaudiendo, fue un momento emocionante, si somos hermanos. Me voy medio agridulce. Pero la Argentina tiene equipo para ser campeón y la historia lo pide.

(*) Periodista español de Eurosport TV

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