Juan Ignacio Mateo Se termina este 2014 muy especial para el perimetral albinegro, con el ascenso, la consolidación del equipo en el TNA y, a pocos días para abrir paso a otros 365 días en su vida, la confirmación de que serán padres con Agustina, su pareja olavarriense.
La hora del balance lo sorprendió a Juan Ignacio Mateo en tareas de mudanza. No es para menos, la familia se agrandará en 2015, pero 2014 además de traer ante de su despedida la noticia de la paternidad dejó secuelas imborrables en el necochense que llegó hace tres temporadas a Estudiantes.
"Los sueños y objetivos de a poquito se ha ido cumpliendo en Estudiantes, para cerrar el círculo con este 2014 soñado, tal vez inimaginable, que se cierra en el Torneo Nacional de Ascenso con cuatro victorias consecutivas, que nos estabiliza en nuestro gran objetivo, que es meternos entre los ocho mejores" analizó.
"Empezamos el año jugando en una categoría y lo terminamos jugando en otra muy diferente. Ahora es cuestión de adaptarnos a una nueva competencia, distinta, más exigente. Que se olvide la gente lo de años anteriores; no existe eso de perder cuatro partidos en una temporada, lo normal es lo que nos está pasando este año, aunque muchos se conmocionen, pero para nosotros es apasionante, porque el campeonato nos demuestra que todos les pueden ganar a todos", dijo.
De lo personal, comentó que "con el correr de los años he aprendido a hacer lo que sé hacer, y además entiendo lo que el entrenador quiere de mí. El año pasado sabía que le daba un plus energético al equipo y hoy creo que además tengo un rol igual de importante, esas cosas que en las planillas no aparecen, como armar el grupo, trabajar por la armonía de todos, que el equipo siempre esté unido".
Cuatro días antes de despedirse de este 2014 tan especial, pidió para 2015 "que todo siga igual, que en lo personal y el equipo pueda mantener este camino y además, como me enteré hace unos días de que voy a ser papá, pido salud para mi familia y lo mejor para Estudiantes. Uno a veces se reniega con la vida, pierde las ganas de hacer lo que más le gusta, y desde que estoy en Olavarría muchas cosas hay cambiado, y por Estudiantes volví a creer en el basquet".