FUTBOL

Mil camisetas y un solo amor...

Daniel Salguero ... la pelota. Daniel Salguero, autor de dos de los goles más gritados en la historia del fútbol de Olavarría, el viernes se retiró del fútbol. Una apasionado de este deporte, que disfrutó como pocos de la pelota, y vistió las casacas de casi todos los clubes locales.

Daniel Lovano / elpopular.com.ar-Foto: Carlos Ramírez

A nadie que ame tanto la pelota como Daniel Salguero le gusta salir de una cancha, aunque el viernes, cuando José Prevetera ordenó su salida, no fue un reemplazo más; detrás de sus pasos quedaba una carrera de dos décadas, muchas camisetas, dos goles inolvidables y una pasión por este juego como muy pocos la han podido expresar los domingos o en la semana.

El menor de los varones de una familia recontrafutbolera salió de Ferro, pasó por El Fortín, Racing, Estudiantes, San Martín, Loma Negra, Villa Mi Serranía cuando estuvo en primera, últimamente Embajadores. Afuera, en Lilán de Laprida, Ferro de Tandil, Deportivo Argentino de Pehuajó y Bull Dog de Daireaux. Un número.

"Me retiro porque tengo dos nenas chicas, que quiero disfrutar más, y porque siento que me faltan las ganas para ir a entrenar; me falta motivación. Sí tengo las ganas de estar en un equipo para explicarles a los chicos vivencias de todo este tiempo en el fútbol" comentó "el Dany".

Daniel Salguero fue un jugador que disfrutó de la pelota, de ir a entrenarse todas las semanas y que vivió los fines de semana como un recreo. "Trato de inculcarles a los chicos que a este deporte hay que sentirlo. Hoy llegan al club y ya están pensando en irse, cuando nosotros nos quedábamos pateando al arco, haciendo pesas o miles de otras cosas. Gracias Dios fui muy feliz en una cancha y estoy muy contento de los años que jugué. Empecé a los 15 años y desde entonces no paré. Quise llegar, no se me dio, pero disfruté mucho" confesó.

Tanto años y tantos equipos lo recompensaron con dos goles inolvidables, ambos frente a rivales marplateneses: aquel a Alvarado, que le dio a El Fortín la clasificación para las rondas finales de Argentino B 2000/1 y otro con Racing al año siguiente, a Banfield, en lo que puede tomarse como el primer partido de grande del inigualable ciclo chaira en campeonatos del Consejo Federal.

"Pasan los años y esos goles siempre vienen a la memoria. Haberle dado tanta alegría a tanta gente. Tuve el privilegio de participar con dos equipos muy grandes en momentos muy importantes para el fútbol de Olavarría. Los dos fueron muy lindos, hasta parecidos, pero el gol a Alvarado para mí fue como haber ganado una Copa del Mundo" enfatizó.

"Fue como un cuento de hadas. Fatiga (Francisco Russo) ya había metido dos cambios y yo cada tanto miraba para el banco, y cuando me hizo entrar no faltaba nada. Pensé nada de lo que iba a suceder. Fue una jugada que casi la definieron ellos, salió la contra y la clave en el ángulo" agregó.

Ese paso por Racing tiene otro mensaje: "Cuando fuimos a Racing cada uno se entrenaba con su ropa, no había pelotas. Racing marcó un antes y un después en el fútbol de Olavarría. Nosotros aparecimos antes, pero se disfrutó muchísimo y en una instancia muy grande".

Habrá un "continuará" para Daniel Salguero. "Hoy me duele todo el cuerpo después de último partido, quiero disfrutar de la familia, pero el año que viene voy a encarar el curso de técnico. Me gustaría trabajar con los grandes, porque gracias a Dios tuve maestros como Fatiga Russo, César Arbío, que me dejaron mucho y me gustaría volcarlas en los más jóvenes", anticipó.

El cierre, para el final. "El viernes fue muy emocionante. Gracias a Dios estuvo mi familia, que vive el fútbol con mucha pasión. Cuando Moyo (Prevetera) me sacó, sabía que no iba a volver a entrar a una cancha como jugador y al sentarme en el banco me puse a llorar. Ahí me di cuenta de que no iba a volver a entrar a una cancha".

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