BASQUETBOL
Este viernes se cumplen dos décadas de la muerte de uno de los más extraordinarios basquetbolistas que dio el mundo FIBA: el croata Drazen Petrovic.
Fuente: mundodeportivo.com
Drazen Petrovic murió el 7 de junio de 1993, víctima de un accidente de tráfico cuando viajaba de pasajero con su novia alemana Klara Szalantzy por una autopista en Deggendorf, cerca de Munich. En el coche también iba Hilal Edebal, una jugadora turca de baloncesto. Las dos mujeres resultaron heridas pero sobrevivieron.
Vació en Sibenik (hoy Croacia, antes Yugoslavia) el 20 de octubre de 1964. Su nombre, que significa "cariñoso o dulce", contrasta curiosamente con ese carácter en la cancha, que le hacía ganarse enemigos acérrimos por su descaro, genialidad y desconsideraciones. Adicto al trabajo, no había cosa que odiara más que perder.
Tras ganar dos campeonatos con el Sibenka, y realizar el servicio militar, en 1984 firmó por la Cibona de Zagreb, siguiendo nuevamente los pasos de su hermano. Debutó precisamente ante su ex equipo, el Sibenka, y le metió 56 puntos. Al finalizar el encuentro declaró: "No ha sido duro, los recuerdos son recuerdos y el amor es amor, pero en la cancha no conozco a nadie. Volveré a anotar 56 puntos contra ellos si tengo la oportunidad"-
Real Madrid lo fichó por 4 años en la temporada 88-89. Se hablaba sobre el interés del Barça y el gusto del de Sibenik por el club blaugrana. Toda la prensa estaba detrás de aquel traspaso y se hablaba incluso de la NBA.
Con el Madrid ganó una Copa del Rey y una Recopa -tras una actuación estelar ante el Caserta de Oscar Schmidt, anotando 62 puntos-, pero se le escapa la Liga ACB, que perdió con el Barça. Sólo cumplió un año en Madrid. Al final de esa primera temporada se fue a la NBA.
Su destino fueron los Portland Trail Blazers de Drexler, Porter y Kersey. Pero la falta de confianza de su entrenador, Rick Adelman, y una lesión en la espalda que le llevó al quirófano le tuvieron gran parte del año en el dique seco. Cuando volvió jugó poco, aunque su equipo fue finalista de la NBA.
Durante ese tiempo estalló la guerra de los Balcanes, hecho que desmenbró a la antigua Yugoslavia, lo cual le afectó mucho. Desde el principio, siempre se definió como croata, apoyando las reivindicaciones de su pueblo.
El terrible conflicto separó para siempre a muchos de los que habían sido compañeros. Fue el caso de su gran amigo Vlade Divac, al que la guerra separó tanto baloncestísticamente (uno pasó a defender los colores de Serbia y el otro los de Croacia) como personalmente.
La temporada 90-91, al no encontrarse cómodo en Oregón, cambió de equipo y fichó por los Nets gracias a un triple intercambio con Denver Nuggets, que lo envió a New Jersey. Con los Nets se convirtió en el máximo encestador de su equipo durante dos temporadas con más de 20 puntos por encuentro.
En 1992, en los Juegos de Barcelona, Petrovic y sus compañeros lograron la medalla de plata en la final contra el "Dream Team" estadounidense, consiguiendo así su mayor éxito defendiendo la bandera de Croacia.
El indomable Drazen se encontraba en el mejor momento de su carrera. Pero la desgracia llegó a su vida en 1993. Tras caer en primera ronda de playoffs ante Cleveland, Drazen regresó a Europa donde estaba concentrada la selección croata.
Murió en un accidente de tráfico cuando un camión se cruzó en el camino de su coche en Denkendorf, una población alemana cercana a Munich. Su gran amigo, Spahija y el pívot Stojan Vrankovic, fueron los encargados de reconocer el cádaver.
Más de 100.000 personas acudieron a su entierro para darle las gracias y el último adiós. Unos días más tarde, 6.000 personas asistieron al pabellón de la Cibona, para ovacionar al mito durante veintidós minutos.
Los Nets retiraron su dorsal número 3, al igual que la Cibona, que puso el nombre del jugador a su pabellón y le dedicó una escultura y un Museo Memorial en su honor. Desde septiembre de 2002 ocupa un lugar destacado en el Salón de Fama del baloncesto.