FUTBOL

Hubo un súper ganador y ese fue Ingeniero

FUTBOL. Emotivo clásico en el Parque El Albirrojo lo dio vuelta y terminó ganándole 3 a 2 a Racing. Matías Hubert marcó la diferencia en el área rival y Gastón Fernández en la propia. Además, se aseguró el liderazgo del torneo.

Ingeniero festejó por partida triple: le ganó a su eterno rival, Racing, lo dejó sin invicto y además se subió a la cima del torneo de la Liga Lapridense de Fútbol. El conjunto del Parque hizo valer la localía y a pesar de estar en desventaja en el marcador desde los primeros instantes, se recompuso y lo dio vuelta. La letalidad en el área rival y las manos salvadoras de Gastón Fernández le permitieron quedarse con el partido con mayor historia en La Madrid.

Apenas habían pasado 90 segundos cuando Lázaro Billani puso arriba a la Academia. El delantero recibió una pelota en cortada y abrió bien los ojos para dejar sin reacción al arquero newberista, poniendo el 1 a 0 para el visitante.

En los minutos subsiguientes el dueño de casa no reaccionó y se embarulló. Racing, por su lado, esperó agazapado y juntó muchos hombres alrededor de Ignacio Ciolli.

Poco pasó hasta los 18 minutos cuando el cotejo cambió definitivamente su rumbo. Julio Billani entró al área albiceleste y el guardameta lo derribó; el árbitro Driz no dudó y marcó el punto del penal. Tampoco vaciló Pedro Monclus que con un remate fuerte empardó las acciones en el superclásico lamatritense.

El empate no hizo mejorar el ritmo del partido pero animó algo más al dueño de casa que pasada la media hora de juego sacó ventajas cuando Matías Hubert, parado cerca del arco desvió e centro para dejar sin reacción a Ciolli.

A lo largo del primer tiempo el local hizo mejor las cosas y por eso se fue a los vestuarios ganando 2 a 1.

Aunque cambió de esquema respecto a otros partidos, el conjunto dirigido por Hugo Ciolli no perdió preponderancia en el mediocampo. Con Samuel Franco como estandarte, arriba, la dupla de Hubert y Billani, estuvieron al salto para complicar a una defensa racinguista que también modificó su configuración habitual.

Por su lado, en la Acade, Oscar Lestarpe optó por un orden diferente al que están acostumbrados sus hinchas. Por eso Diego Popp quedó muy aislado y continuamente fue una presa fácil para la última línea de Ingeniero.

En la etapa complementaria Racing cambió. El aguerrido Francisco Gómez entró por Emir Popp y el juvenil se puso al hombro a su equipo, apoyado por Braian Lara y Armando Gérez. De esa forma los visitantes se adelantaron varios metros en territorio contrario y así llegó una nueva igualdad cuando lo cruzaron abajo a Billani dentro del área. Dris no escuchó los lamentos de los jugadores albirrojos, que suplicaron por una presunta falta previa sobre Franco.

Diego Popp se hizo cargo de la pena máxima y la trocó por gol, más allá de la estirada del guardameta Fernández -que tendría su revancha-.

La paridad hizo emotivo un partido que hasta ese momento, casi 60 minutos de juego, no demostraba nada o muy poco.

Gartland, con un cabezazo, estuvo muy cerca de poner en ventaja a su equipo pero respondió bien Fernández. Más tarde, otra vez el árbitro quedó en el centro de la escena al expulsar a Diego Lara tras observar un brazo por demás estirado sobre la humanidad de Lecointre; el defensor racinguista juró y protestó pero quienes imponen la ley ya tenían la determinación tomada y era irrebatible. Ingeniero también tuvo sus chances aunque acertaron los delanteros.

Cuando algunos fanáticos ya comenzaban a pensar en la posibilidad del empate, a los 32 minutos de esa etapa complementaria Matías Hubert se vistió de héroe. El delantero, audaz y consiente de sus condiciones, dejó atrás a su marca para sacar un remate bajo y esquinado para poner el 3 a 2.

El albiceleste salió por el milagro. Cuando concluía el partido Dris observó un agarrón dentro del área de Ingeniero y se repitió la historia, con un final diferente.

Diego Popp remató (al mismo palo que había elegido en la primera ocasión) y Gastón Fernández -con ayuda externa (Ver Recuadro)- también. El arquero estuvo más lúcido que el delantero y desvió la pelota.

Al final la alegría fue toda de Ingeniero pues nunca se resignó y tuvo paciencia, aún en los momentos complicados. Además contó con dos hombres clave en las dos áreas diferentes: Fernández y Hubert. También desde el banco de suplente estuvo rápido de reflejos para cambiar lo que hubo que cambiar, en el momento que había que hacerlo.

Racing, a pesar de la ventaja inicial, nunca se sintió cómodo en el Parque. Por alguna razón se resguardó demasiado y terminó pagándolo caro.

Con el sol escondiéndose y el frío calando en los huesos, las tribunas disfrutaron de un encuentro emocionante aunque no bien jugado en el que el albirrojo se hizo dueño, al menos en esta ocasión, de la efímera alegría dominguera que da el fútbol.

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