BASQUETBOL. Ignacio Galardo participó del Mundial Sub 17 en Dubai, Emiratos Arabes Unidos A pocas horas de arribar a Olavarría, el pivote de Estudiantes contó los detalles de una experiencia única que le tocó vivir en el Oriente Medio.
La Selección Argentina Sub 17 finalizó el pasado sábado su participación en el Mundial de Dubai, Emiratos Arabes Unidos, en el décimo puesto tras caer apretadamente ante Italia. El conjunto argentino cerró así su participación con un balance de 4 partidos ganados y 3 perdidos, habiendo enfrentado, entre otros, nada menos que a los cuatro mejores equipos del último Europeo de la categoría: España, Serbia, Grecia e Italia.
Tras hacer escala en París el equipo argentino arribó el lunes al país con dos olavarrienses en sus filas (dos de doce, nada menos), en lo que fue un hecho inédito para el deporte de la ciudad.
Por un lado el hijo del legendario Edgard Merchant, Jeffrey, formado en Pueblo Nuevo y actual jugador de Quilmes de Mar del Plata, e Ignacio Galardo, de Estudiantes.
Ambos fueron reconocidos en su oportunidad por EL POPULAR Medios con el premio a la Promesa Deportiva, ya que se veía en ambos un gran futuro en el deporte de los cestos.
Nacho Galardo viene de una familia de linaje basquetbolero. Sin ir más lejos, su primo hermano Diego Ignacio Casemayor fue uno de los mejores jugadores que dio la ciudad, al menos desde que se creó la Liga Nacional a mediados de los años ochenta.
Con 17 años recién cumplidos (nació el 17 de julio de 1997) y 2,06 metros de altura, el pivote bataraz tuvo la chance de vivir una experiencia única en Dubai.
Algo que seguramente le servirá para encarar con otra perspectiva su incipiente carrera deportiva que lo tiene con un futuro ilimitado si es que se lo propone.
Todavía con el sueño cambiado, con el cansancio a cuestas tras un torneo de altísimo nivel competitivo y a pocas horas de su retorno a Olavarría, Nacho contó lo vivido en Dubai y adelantó lo se le viene para el resto del año.
-¿Qué balance pudiste hacer del Mundial de Dubai?
-La verdad es que fue una experiencia inolvidable. Y en cuanto al equipo creo que cumplimos bastante en el funcionamiento, ya que el equipo venía armado desde el Campeonato Sudamericano. Pero no pudimos cumplir en cuanto a los resultados.
Fue clave el último partido de la Zona que perdimos contra Serbia, lo que nos hubiese permitido otro cruce en octavos de final y no con España.
-¿Y en lo personal cómo te viste?
-Fue algo muy nuevo para mí. Creo que en los primeros partidos los nervios me jugaron en contra. Pero fue algo muy bueno jugar algunos amistosos previos al Mundial. Eso me dio algo de rodaje y vestir la camiseta de la Selección no fue algo tan nuevo como hubiera sido debutar en el Mundial.
-¿Qué te pedía el técnico Silvio Santander?
-Mi trabajo fue el mismo que hago en Estudiantes: jugar bien de pivote. Lo único que se modificaba era que a veces tenía que salir a defender a internos con mucho tiro perimetral o como fue ante Filipinas, que eran todos jugadores de 1,80 que se dedicaban sólo a tirar triples.
También había equipos como Grecia o Australia que tenían internos de 2,18 y en esos casos había que hacer otro tipo de trabajo.
-Fue un décimo puesto mentiroso, ya que estaban para mucho más ...
-Los dos primeros partidos con Egipto y con China nos dieron la chance de jugar el tercer partido con Serbia por el primer lugar del Grupo. Pero no pudo ser y a partir de ese juego que perdimos nos cambiaron todos los cruces.
De haberle ganado a Serbia nos hubiese tocado Emiratos Arabes Unidos, que fue el equipo que terminó último. A partir de ahí todo cambió. Nos tocó jugar con España en octavos de final, que era uno de los principales candidatos y terminó cuarto, y Serbia terminó tercero.
-Salvo Estados Unidos los demás eran todos muy parejos ...
-Antes de arrancar el torneo, y viendo los partidos, ya te podías dar cuenta que Estados Unidos estaba un escalón por encima de todos los equipos. Pero en los juegos con Serbia y con España, por momentos, demostramos que podíamos. Le jugamos de igual a igual a todos.
No se nos dieron las cosas porque con Serbia perdimos en la última pelota y con España se terminó de destrabar el juego en el último cuarto luego de un desarrollo muy parejo.
La experiencia vivida y la forma como jugamos taparon bastante los resultados. Fue algo increíble poder jugar lo máximo, que es un Mundial. Si bien el resultado final no fue el esperado, la experiencia queda por encima de eso.
-¿Qué les dijo el entrenador una vez finalizado el torneo?
-El director técnico Silvio Santander quedó muy conforme con lo que fue el rendimiento del equipo. Algo que no nos terminó de convencer fueron las irregularidades que tuvimos dentro de un mismo partido, alternando cuartos muy malos con cuartos muy buenos.
Pero el técnico quedó muy conforme con el equipo. Mantuvo una muy buena relación con nosotros y se quedó muy contento.
-¿Fue algo especial jugar al lado de otro olavarriense?
-La verdad es que fue muy lindo haber jugado al lado de Jeffrey, ya que con él nos conocemos desde muy chicos. Compartimos varias veces equipos, como la Selección de Olavarría, de Provincia de Buenos Aires y ahora la Selección Argentina.
Creo que no hay antecedentes de dos olavarrienses en una Selección Argentina. Ciudades de gran tradición en básquetbol como Bahía Blanca, Junín y Mar del Plata no tuvieron jugadores en el plantel y de Provincia de Buenos Aires éramos sólo tres, junto con Máximo Fjellerup, que es de Tres Arroyos.
-¿Con qué país te encontraste?
-Emiratos Arabes Unidos, más precisamente Dubai, es el fiel reflejo de lo que va a ser el futuro. Uno va caminando por la calle y ve edificios increíbles. Y lo mejor es que se siguen construyendo cada vez más. La cultura es muy distinta, para nosotros es muy raro, y el clima es totalmente diferente porque todo el día hace más de 45 grados y en invierno manejan temperaturas de 35 grados de media.
La gente de allá, a pesar de tener cultura muy distinta a la nuestra, nos transmitió siempre cariño y nos acompañó bastante. Muy amables todos.
Era la primera vez que tenían un torneo de este tipo y tuvieron una buena relación con nosotros. Si bien no es un país de básquetbol, cuando ibas por la calle y te reconocían como argentino todos hablaban de Manu Ginóbili.
Por lo que el básquetbol lo conocen. La NBA llega a todo el mundo y lo que es Manu Ginóbili en el mundo es increíble. Era Manu o Lionel Messi, son los dos embajadores deportivos que tenemos en el planeta, sin dudas.