El camino por el TC Pista Mouras, TC Mouras, TC Pista y TC
- Cuando escriban el libro de Nicolás Pezzucchi, ¿qué personas no deben faltar?
- (Suspira y piensa) De mi familia no debe faltar nadie, principalmente mi papá (Sergio) que entregó todo para que pudiera ser piloto, no desde la parte económica porque nunca tuvimos dinero, pero sí desde lo humano y laboral. Ni hablar de Emilio `Pipa´ Sánchez que compró dos autos para que me iniciara en el TC Pista Mouras y hasta invirtió en un semirremolque, Guillermo Milia y el `Cabezón´ Eduardo Dimateo. Cuando se inició el proyecto tenía 19 años, no lo podía hacer sólo, únicamente con todo este grupo de personas, más los sponsors.
Desde 2011 se incorporó Gerardo Belmartino, con el Cañuelas GB Racing, la pieza que faltaba para poder empezar a escribir mi historia dentro del automovilismo. Todos me dieron la oportunidad, desde lo económico hasta en lo personal, para que creciera como deportista.
- Y si hacen la película, ¿Qué escenas no deben faltar?
- En el TC Pista Mouras no tiene discusión el día del campeonato en La Plata; pero sin dudas primero pongo el debut en 2009 con un auto armado de manera total por mi viejo: chasis y motor; esa imagen no la olvidaré nunca.
La imagen positiva del TC Mouras es haber ganado en el debut. La negativa, pero que lo guardo como un recuerdo importante, es haber perdido el campeonato por la rotura de la goma en 9 de Julio cuando venía ganando. Miro la carrera y no me siento mal. Faltaba una vuelta y podría haber salido campeón del TC Mouras.
En el TC Pista la última carrera en Buenos Aires. La definición se palpitó unos quince días antes. La disfruté desde que se bajó la bandera a cuadros, hasta que llegué a los boxes cuando sabía que era el campeón.
Respecto del Turismo Carretera: la mejor imagen será dentro de siete días en el autódromo "Hermanos Emiliozzi" cuando pueda ver la cara de todos los que me acompañen. Tengo varios momentos agradables: el quinto lugar en la clasificación en La Pampa fue mi primer gran resultado personal. Pero ni hablar el arranque en Neuquén porque era el sueño que tenía de pibe.