BASQUETBOL. Sergio Santos Hernández se refirió a la hipotética vuelta de una competencia de primer nivel
El director técnico de Peñarol de Mar del Plata y de la Selección Nacional de básquetbol, Sergio Santos Hernández, está disfrutando de unos días de minivacaciones en nuestra ciudad debido al paréntesis que debe cumplir su equipo en la Liga Nacional esperando que se resuelvan los playoffs de reclasificación para comenzar a jugar la etapa de cuartos de final.
En la jornada del viernes el Oveja se hizo presente en el Gran Gimnasio del Parque Carlos Guerrero para brindar una jugosa charla ante chicos de las divisiones formativas del Bata, quienes acompañados por padres y allegados disfrutaron de una más que agradable experiencia.
Pero antes del citado evento el entrenador bahiense de nacimiento y olavarriense por adopción se hizo lugar para hablar de todo un poco. Del presente de Peñarol de Mar del Plata, de la Selección Nacional y del alicaído básquetbol de nuestra ciudad, que luego de la venta de la plaza de Liga Nacional de Estudiantes no logra despegar pese al esfuerzo de algunos pocos dirigentes.
-Luego de tocar el cielo con Estudiantes, ¿pensás que es posible que la ciudad vuelva a tener básquetbol de primer nivel?
-Pasa por la gente que trabaje en los proyectos. Todo va a depender de la ciudad. La ciudad con su presencia o ausencia decidirá si quiere deporte de alta competencia o no. Es así. Cuando la ciudad acompañó el equipo estuvo en Liga Nacional "A" muchos años, consiguió rotundos éxitos y luego empezó a decaer la atención de la gente sobre el producto que consumía, que era la Liga Nacional, e hizo que poco a poco el básquetbol fuera desapareciendo a ese nivel.
El tema puntual, o lo que yo puedo decir al respecto, es que mucha gente cree que tener un equipo competitivo, que necesita un alto presupuesto, es tirar el dinero o que se puede gastar en otra cosa.
Hasta que en la Argentina no veamos que el deporte es uno de los grandes responsables de la formación y de la educación de nuestros hijos, de los jóvenes, que hoy en día tantos problemas tenemos, vamos a tener inconvenientes en ese aspecto. No lo entiende el Estado, que no apoya la cultura del deporte ni a nivel amateur ni profesional ni nada. Entonces menos lo entienden los clubes o las pequeñas comunidades.
Yo no digo que no lo quieran entender, simplemente me da la sensación que no lo entienden. Cuando Estudiantes tenía Liga Nacional o cuando Racing juega el Argentino de fútbol y esas cosas, se ve una vida muy diferente en el club. Mucha más cantidad de chicos dedicándose al deporte y un espejo muy lindo para poder reflejarse, se moviliza todo.
Hay una gran motivación, que es en definitiva el sentido de esa palabra. Movilizar muchas cosas dentro de la gente, de los jóvenes, de los niños, de los padres y la sociedad gracias a que hay una actividad de ese tipo.
Así que si bien es mucho dinero lo que sale un equipo profesional, yo he vivido en ciudades donde hubo y no hay más básquetbol de élite como acá. Me tocó estar en Sport Club de Cañada de Gómez, en Deportivo Roca y la misma gente que en su momento le había dado un poco la espalda hoy pide a gritos una actividad de ese tipo. Se da cuenta que ahora le falta algo.
Ojalá que podamos tener nuevamente básquetbol de primer nivel, fútbol de primer nivel o lo que sea. Porque una de las cosas que puede ayudarnos a pasar esta crisis social que hay en el mundo es el deporte. De eso yo no tengo ninguna duda.
-¿Cómo se puede evaluar la fase regular de Peñarol, que pese a ser el mejor terminó segundo?
-Fue una gran serie regular la que tuvimos. Al menos de Peñarol fue la mejor serie regular de toda su historia liguera, que es muy rica, y es probable que esté entre las mejores cuatro o cinco series regulares de la historia de la Liga Nacional, porque perdimos muy pocos partidos.
Al final de la primera fase nos quitaron cuatro puntos y eso hizo que el equipo se cree una mentalidad en la que no se podía perder más, reforzó más todavía nuestro carácter y nuestro hambre. Sabíamos que no teníamos margen de error, que no nos podíamos equivocar, que si perdíamos un par de partidos seguidos íbamos a quedar en la mitad de la tabla.
Eso fue el incentivo más grande que tuvimos como para hacer una segunda fase con 23 partidos ganados y 7 perdidos, así que estoy muy contento por eso. Ahora se viene la parte más emocionante y más dura que son los playoffs.
-¿Es una fija que la final de la Liga Nacional la van a jugar Atenas - Peñarol como todo el mundo dice?
-Siempre se habla a esta altura del campeonato de los equipos favoritos, se elige a un par y se arma una final anticipada, la que no siempre se termina dando. Está bien. Es un juego periodístico, es un juego de la gente.
Nosotros, los que estamos compitiendo, sabemos que cualquiera de los equipos que están en los playoffs puede estar en semifinales o en la final. Hay que estar muy tranquilos e ir jugando con el que te toca. Sin dudas que los que lleguen a la final van a ser los mejores porque el sistema de playoffs es muy atractivo y muy justo por sobre todas las cosas.
-¿Fue una frustración no haber conseguido el número uno de la fase regular?
-Nosotros queríamos ser el número uno porque queríamos ser el número uno, porque es la posición a la que podíamos aspirar y siempre queremos estar lo más arriba posible, pero yo no veo que sea determinante. Si a mí me decís que voy a jugar la final me da lo mismo jugarla con ventaja o con desventaja de localía. Son siete partidos y gana el mejor, no hay vuelta que darle.