LAPRIDA

Carta abierta a la comunidad de Laprida

La señora Berta E. Estrabeau (Tita) DNI 14.484.61 ha enviado a esta agencia una carta con pedido de publicación en la que explica los motivos de su renuncia voluntaria a las tareas que desarrollaba en el Pequeño Hogar del Niño, para las que había sido contratada por la institución.

El texto de la carta expresa lo siguiente: "Ante distintos rumores que circulan en la comunidad, deseo, mediante este medio, dejar en claro el motivo por el cual me alejé de la tarea que desempeñaba en el Pequeño Hogar del Niño. El 26 de febrero del corriente año, y luego de una corta licencia por enfermedad, por motivos personales y de salud, renuncié voluntariamente al cargo para el cual me había contratado la Comisión de esa institución".

"Es cierto que uno de los motivos que me llevaron a tomar esa decisión fue la falta de apoyo, de reconocimiento, de compromiso, de parte de algunos funcionarios del gobierno municipal, y en algún caso hasta me sentí agredida e impotente cuando se me cuestionaron, con malos modos, tareas cotidianas que siempre hice de la mejor manera posible".

"Es más, quien me conoce y tiene alguna relación con los niños del Hogar, creo que sabe, y no cuestionaría por ejemplo, si los guardapolvos para comenzar la escuela estaban lo suficientemente lavados y blancos. Como éste existen otros hechos tales como que, aparentemente, no gozaba del derecho de tener vacaciones".

"En este sentido también quiero aclarar que no todo el personal de la Dirección de Desarrollo Comunitario tuvieron esa actitud conmigo ni con los niños, hubo quienes se preocuparon y atendieron muy profesionalmente las situaciones que surgían y por las cuales necesitaba su orientación o intervención".

"¿Por qué decidí escribir esta carta?. Porque después de 6 años de estar a cargo de los niños del Hogar es para mí muy doloroso y difícil haberlo dejado; porque siempre intenté hacer lo que creía era lo mejor para ellos, y sobre todo porque no puedo permitir que por ahí se diga que renuncié por culpa de los niños. No sólo no tienen la culpa de mi alejamiento, sino que saben que las puertas de mi casa siempre estarán abiertas para ellos. Creo que nadie puede dudar que en estos años se ha establecido un vínculo afectivo muy fuerte entre nosotros. Por eso me siento dolida aún cuando quieren involucrarlos en algo en lo que son totalmente ajenos.

"Por último, quiero agradecer profundamente a la Comisión de Apoyo; siempre me sentí acompañada y protegida por ellos; es más, aún hoy algunas de las personas que la forman se preocupan por mi estado de salud y sobre todo, hacen lo posible para contenerme emocionalmente. También quiero agradecer a mi familia, sin cuyo apoyo no podría haber estado tantos años en el Hogar; siempre aceptaron y comprendieron el compromiso que significaba esa tarea.

"Quiero agregar que, aunque ya no trabaje en relación de dependencia con la institución, sigo a disposición del Hogar y de los niños para lo que necesiten".

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