LAPRIDA

Demasiados silencios para tan marcados interrogantes

OPINIÓN. La crisis del Consejo Escolar de Laprida

Marcelo Roberto Beltrán

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La crisis del Consejo Escolar sigue siendo una herida sin cerrar, que viene acumulando varios interrogantes que comenzaron a acrecentarse con el alejamiento de la contadora Celeste Aller de su cargo como consejera y presidenta. Luego de esto es llamativo cómo el Ejecutivo ha tomado distancia del problema y del propio organismo escolar, que hasta asumir la gestión en diciembre pasado era una de las patas de la plataforma política y ahora "de eso no se habla más".

Alfredo Fisher ha dado pasos muy importantes en su incipiente gestión en materia de futuras obras como el asfalto al barrio Santa Ana, las gestiones y obtención de importante dinero por parte del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación para política social en el distrito, la obra de agua corriente en el sector sur que inaugurará el martes próximo, la playa de maniobras en la terminal. Proyectos que en el global no alcanzan a eclipsar problemas puntuales por citar uno que es la rotura y baches en varias calles de la ciudad heredadas con muy mala calidad del asfalto y que emergen como solucionables dentro de la dinámica de la gestión, y que siempre son blanco de la oposición, obviamente.

Pero en contrapartida no quiere escuchar el Intendente nada más del Consejo Escolar, quiere que el conflicto se elimine de la papelera. Pero lo preocupante es que Fisher estaría en conocimiento que la situación de desavenencias dentro del organismo entre los dos grupos que se hallaba dividido, fueron en un porcentaje por una razón de convivencia o relaciones humanas, pero también por supuestas desprolijidades que se habrían suscitado y que a diario hoy trascienden y se afirman, aunque en estos casos se vuelven difíciles de comprobar por ahora. La sensación fue que no se dijo lo que realmente ocurrió, que no se llegó al fondo del problema como se debería haber hecho, sobre todo cuando se está hablando de un Consejo Escolar de punta a punta justicialista.

La propia ex consejera Celeste Aller prefirió con acertado criterio reservarse otras razones de su alejamiento, al menos esa fue la sensación que en casi todos los medios dejaron sus apreciaciones. Opinamos que es un tema no sólo para preocuparse sino para ocuparse, pero que trasladado a la gestión de Alfredo Fisher se volvió una brasa caliente que nadie quiere tomar entre las manos, que afectó directamente a la imagen de un gobierno que ahora parece decir: "nosotros no tenemos nada que ver, arreglen ustedes sus propios problemas". Incluso en un radio pasillo Fisher habría dicho "y bueno si tienen que intervenirlo que lo hagan".

Sorprendentes los dichos ¿no? Como se puede extrapolar una relación de afinidad y de objetivos claros y de la noche a la mañana a la frialdad e indiferencia, cuando hasta el 10 de diciembre los candidatos del organismo escolar en sus expresiones eran destinatarios de los mejores párrafos a la hora de tirar flores. Basta recordar aquella frase de Pichi Fisher en el lanzamiento de la lista cuando dijo "acá tenemos sangre de Bocha López" al mencionar a la contadora Aller, nieta del ex intendente a la cual ni la habría llamado por teléfono para analizar en profundidad la problemática.

El martes el bloque de la UCR presentó un proyecto tendiente a hallar respuestas sobre renuncias y regresos en el Consejo Escolar local, buscando información a través de la Dirección de Consejeros Escolares a lo que el bloque del FPV rápidamente votó positivamente. En nuestro análisis ninguna de las dos posturas revistieron profundidad con el tema. Recurriendo a una apreciación vulgar la UCR se metió al agua y apenas mojó sus pies y el bloque oficialista se quedó parado en la orilla para no salpicarse.

Los días pasan y los funcionarios y responsables de dar las explicaciones parecen haber ingresado en una zona de silencio, sin recordar que de este lado está la comunidad que transita entre sus propias dudas e interrogantes sobre un tema que no es menor: ¿Nadie se interesó en saber por qué pasó lo que pasó entre Iriarte y Beltrán?. ¿Nadie se interesó en preguntar a la contadora Aller si existía alguna otra razón por la cual renunciaba? El Consejo Escolar no es motivo y merecedor para una investigación para que todo quede aclarado? Opinamos que existen demasiados interrogantes para una atmósfera que por ahora tiene en su haber demasiados silencios y muy pocas respuestas.

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