Frente al "Maracaná", delante de una pizzería, se produjo el duelo de cánticos más sabroso de toda la previa a la final de la Copa del Mundo.
RIO DE JANEIRO / Daniel Lovano, enviado especial de EL POPULAR Medios
"Estos brasileños son increíbles; se comieron siete con Alemania, tres con Holanda y vienen al Maracaná con los colores alemanes en el diseño de una bandera de Brasil". Mientras decía esto, un señor maduro seguía el cruce de cánticos frente al "Maracaná" como maldiciendo no tener algunos años menos para sumarse al coro albiceleste.
Custodiados de cerca por un cuerpo intimidante de la Policía Militar, y separados apenas por el aire, argentinos y brasileños se cruzaron en la previa de la final de la Copa del Mundo y entre ellos cuatro alemanes, identificados por su caretas en forma de estrella, con las inscripciones "1954, 1974, 1990 y Today" (hoy) en alusión a los tres títulos ganados y adelantándose un poco a los hechos.
Para los brasileños el grito de guerra, con un nivel de creatividad alarmante, es ese que dice en portugués "mil goles, sólo de Pelé, Maradona es un llorón", que del otro lado fue respondido con un gusto (al menos) cuestionable y la misma melodía ("con un pibe debutó...").
Las manos alzadas altaneras, los cinco dedos arriba que se mostraron durante toda la Copa, por otros tantos títulos del mundo ganados por la CBF, desde el pasado martes tienen una respuesta lacerante para los de camiseta amarilla: cinco dedos de una mano, más dos de otra, por la goleada histórica 7-1 que les propinaron los alemanes en una las semifinales de la Copa del Mundo que organizaron con el único objetivo de ganarla.
Claro, que a la hora de sacar el repertorio, los locales que por un día se hicieron centroeuropeos se fueron quedando sin respuestas, a medida que la movida argentina iba tomando más calor y color, con el "decime que se siente" y una, cuanto más lejos de la Patria más irresistible, que dice: "Esta es la banda loca de la Argentina/ la que de las Malvinas nunca se olvida/ la que deja la vida por los colores/ la que les pide huevos a los jugadores/ para ser campeones".
De a poco se fueron apagando los ánimos, y el duelo se trasladó a las tribunas del "Maracaná", donde a los orgullosos pentacampeones no les quedó otra que seguir torciendo por los rivales de la Argentina; los mismos que unas pocas horas antes habían consumado la mayor humillación en 100 años de historia del fútbol brasileño.
Qué hubiese pensado Garrincha...