EL POPULAR en Brasil
Nueva historia del Diario de Viaje de el equipo de EL POPULAR Medios en Brasil. El mismo llegó a su día número 35.
Brasil, día 35. Le decía a Douglas Maiki, que pasó por la casa a saludarnos y despedirse, que los pedidos de los hijos (sobre todo si se convierten en fanáticos futboleros desde esta Copa) son obligaciones, y al "Shopping Estação" le quedaba una visita más cuando pensaba que ya no nos volveríamos a ver con esa mole de cemento que está al lado de la estación de metro Vilarinho.
Estaba repasando las perchas de las camisetas de fútbol de clubes brasileños (una debilidad de tiempos juveniles) cuando se me acercó un mineiro de unos 40 años, morocho (pero no tanto), bajito, semicalvo. "¿Você é argentino?" me preguntó, y le respondí que sí mientras medía con mis dedos la textura de una casaca del Flamengo.
"Desde el campeonato Mundial del 90 soy hincha de la selección argentina. Emociona ver cómo esos jugadores juegan por la camiseta, la garra que ponen. Cuando uno ve jugar a un argentino para la selección sabe que nunca dará por perdida una pelota", me decía. Como si no bastaran tantos y tantos datos similares desde el 6 de junio, cuando llegamos a Brasil, me costaba creer lo que estaba escuchando.
"Uno ve a los jugadores argentinos y sienten la camiseta; da gusto. Los brasileños, vienen, cumplen y se van", agregó. "¿Qual é o seu nome?" le pregunté, como para que me quede algo más que un testimonio. "Luiz" me dijo, y se perdió en la inmensidad de las tiendas "Centauro".
Pensé para mis adentros "una muestra más; por lo menos una por día. Cumplido". Pero había más. Andaba medio extasiado mirando el stand de la pelota Adidas que se utilizará únicamente en la final del domingo, cuando apareció un pequeño, gordito, de unos 10 años.
"Galo" (hincha del Mineiro) se confesó Pedro, y como todos descubren de algún modo (sin necesidad de abrir la boca) que no somos uno de los de ellos, que tal vez seamos argentinos; apuntó a los pies de un maniquí y me susurró que estaba encandilado con las "chuteiras" (botines) de Messi; que juega de adelante, que le gusta hacer goles, y que "el domingo voy a ''torcer'' para la Argentina".
Un final ideal para sintetizar una estadía inolvidable. Con más afecto de los brasileños; que sale como de abajo de las piedras.