EL POPULAR en Brasil
La capital de los contrastes, reflejo perfecto de este Brasil que tiene una cara mirando hacia la modernidad y otra estancada en el atraso y la miseria.
BELO HORIZONTE / Daniel Lovano, enviado especial de EL POPULAR Medios
El Mundial para la Argentina comenzará este martes en San Pablo, frente a Suiza, en el mismo lugar que Brasil y Croacia pusieron en marcha la Copa del Mundo el ya lejano 12 de junio en el imponente y modernísimo Itaquerao, propiedad del club más popular de esta ciudad, el Corinthians.
Contradictoria, inmensa, caótica, acaba de cumplir 460 años. La villa de São Paulo de Piratininga fue fundada el 25 de enero de 1554 con la construcción de un colegio entre los ríos Anhangabaú y Tamanduateí por los padres jesuitas Manuel da Nóbrega y José de Anchieta.
Pero el poblamiento recién comenzó en 1560, cuando Mem de Sá, gobernador general de la colonia, mandó a la población de la villa de Santo André da Borda do Campo hacia los alrededores del colegio.
Por los siguientes doscientos años São Paulo permaneció como una villa pobre y aislada del epicentro de la colonia y se mantenía por medio de labores de subsistencia. Esa pobreza dio vida a los bandeirantes que se dispersaron por el interior (inclusive de la Argentina) a la caza de indios, oro y diamantes, hasta los descubrimientos en Minas Gerais que llamaron la atención de las autoridades portuguesas, y la elevaron a la categoría de ciudad en 1711.
La mayor urbe de América Latina tiene casi 12 millones de habitantes, que con el conurbano se eleva a 20.893.053 habitantes, según los datos del censo de 2010 y es responsable del 31% del producto bruto brasileño. Referencia de tecnología de punta, industria diversificada.
San Pablo trabaja mientras Río (de Janeiro) se divierte dicen por acá. A la misma altura que Belo Horizonte, a las 6 de la mañana ya es de día y las 3.000 panaderías de las ciudad están llenas, buscando adornar el tradicional desayuno, "Pingado con Pão na chapa", que no es más que café con pan tostado y manteca, a un costo de cuatro reales.
Dicen que San Pablo tiene a dos de los mejores cincuenta restaurantes del mundo, según la lista de la respetada revista británica "Restaurant". El DOM del chef Alex Atala (considerada la sexta mejor cocina del planeta y mejor restaurante de América Latina en 2009) propone un menú que cuesta 150 euros (hagan números, por favor) pera hay que reservar mesa -mínimo- con un mes de anticipación.
Hay para todos los gustos. Ni Italia, tal vez, tenga tantas pizzerías como San Pablo: 6 mil, casi un tercio del total de sus restaurantes, y en esta ciudad, el 10 de julio es el "Día de la pizza".
Mucho tiene que ver la enorme influencia de la colonia italiana, llegada al corazón de Brasil a fines del siglo XIX, como mano de obra para las explotaciones de café del sur y sureste del estado. Hoy, un 15% de la población brasileña desciende de italianos; son 30 millones los italobrasileños, de los cuales la mitad vive en la región de San Pablo.
El paseo de la ciudad ofrece de un lado los rascacielos de la avenida Paulista y por otro la vanguardia arquitectónica del MASP, sin dejar de lado el Parque Ibirapuera, el más importante de la ciudad.
Al interior del estado se va a través de la mejor red de carreteras y autopistas del país, donde las antiguas explotaciones de café fueron transformadas en balnearios naturales, en los pueblos de Agua de Lindoia o Sierra de la Mantiqueira, destino favorito de los paulistas en invierno.
Si la opción es el mar, el litoral paulista es de los más atrayentes de Brasil, con playas de arenas blancas que rompen la monotonía de las Sierras de Mar, con destinos muy concurridos, como Sao Sebastiao, Ilhabela, Maresias y Ubatuba.
En la jungla de cemento, en la campiña o en el mar, San Pablo da para muchísimo más que para una visita de médico en ocasión de una Copa del Mundo.