EL POPULAR en Brasil
Morro Alto es un asentamiento donde habitan 30.000 personas, ubicado frente a la imponente Cidade Administrativa de Minas Gerais.
BELO HORIZONTE / Daniel Lovano, enviado especial de EL POPULAR Medios
Morro Alto está justo frente a la imponente Cidade Administrativa, sede del gobierno del estadio de Minas Gerais, nacida de la mente genial del arquitecto Oscar Niemeyer e inaugurada hace apenas cuatro años.
En apenas unos pocos metros los contrastes de este Brasil. De un lado de la autovía, la imponente construcción que da cabida a la sede de gobierno en uno de los estados más ricos del país, y del otro lado, uno de los asentamientos que identifican a sus clases menos favorecidas.
Las visitas a estos barrios emblemáticos del país en esta Copa del Mundo son del interés de los gobiernos estaduales, para mostrar al mundo a través de la prensa acreditada una cara distinta a la que suele trascender, estigmatizada, rodeada de prejuicios, y casi siempre vinculada con la miseria, la violencia, la prostitución o el narcotráfico.
Recorrer sus calles, escuchar a su gente, escrutar sus paisajes tan peculiares, recibir las sonrisas de sus niños morenos, leer en los rostros de su gente, hablar con los delegados del estado también representan un ejercicio periodístico irrenunciable, aquí, en el país del samba y el carnaval.
Una vez adentro, la pobreza no parece tanta pobreza, el desorden urbano no es tanto desorden como se puede especular desde afuera. Los barrios se ven urbanizados, la atmósfera es limpia, tienen asfalto y cordón cuneta; los vecinos pueden acceder a electricidad, agua corriente y TV cable, entre otros servicios.
"Aunque están también los que se cuelgan", advirtió la doctora y licenciada en Sociología Livia De Sousa Lima, coordinadora del programa "Fica Vivo" que lleva adelante el gobierno del estado. "Estar Vivo" sería la traducción literal de este programa, que apunta a chicos entre 12 y 24 años, con el objetivo de alejarlos de la criminalidad a través de actividades deportivas, culturales y artísticas a través de sus propios emergentes sociales, a los que llaman "oficineiros" (serían una especie de líderes barriales idóneos en cada rama).
Morro Alto es un distrito dentro del municipio de Vespasiano, en la región metropolitana de Belo Horizonte. "Dentro de este distrito, nuestra área de influencia son los barrios de Morro Alto, Nueva Pampulha y Nuevo Horizonte. Son las tres comunidades que nosotros atendemos", dijo.
Tres subprogramas tiene este programa. El "Fica Vivo" propiamente dicho, que trabaja en la inserción de jóvenes de 12 a 24 para trabajar en la reducción de los índices de homicidios juveniles, porque se manejan valuaciones que hablan de un número mayor de muertes en esa fase etaria. "Hicimos una pesquisa y descubrimos que los jóvenes se iniciar en la criminalidad cuando son niños, y ese público que consideramos vulnerables son los habitantes de la periferia y los niños negros. Ellos están más propensos a cometer violencia o a sufrir violencia, tanto como víctimas o como victimarios", acotó la doctora Lima.
Olivia Brandao y Fabiane Matos son técnicas sociales y trabajan en el programa. "Mi función es coordinar los programas en Vespasiano. Trabajamos con espacios de la música, de artes, de deportes, que sean una puerta de entrada de los jóvenes al programa de prevención, con la expectativa de romper ese círculo de violencia", explicó Fabiane.
Olivia, en cambio, tiene a cargo el programa de mediación de conflictos. "Hacemos atenciones individuales y colectivas dentro de su área de influencia, para evitar que los conflictos existentes en la comunidad sean desencadenantes de los actos de riesgo, en acciones violentas y criminales. En un universo de 700 casos, 620 son por violencia y dentro de ellos el número mayor corresponde a violencia doméstica", reveló.
"La favela tiene sus propios códigos, tal vez incomprendidos para la gente que no es de adentro, pero de ninguna manera como algunos medios europeos que llegaron a Brasil esperando ver chicos con ametralladoras en las manos, tanques de guerra en las calles, y eso no es así", analizó Marcelo Fiuza, funcionario de la oficina de medios del gobierno del estado que acompañó a lo largo de la vista a Morro Alto.
Los prejuicios en torno de las favelas son un estigma del que Brasil quiere despegarse y el estado intenta trabajar desde adentro para empezar a derribarlos. De un veredicto definitivo sólo se encargará el tiempo.