FUTBOL

El pájaro siempre seguirá cantando

Rumbo a Brasil 2014 En Brasil no pocos dicen que Garrincha fue más grande que Pelé. Nació zambo, pobre, con una pierna seis centímetros más corta que la otra, sufrió poliomielitis de niños, pero nada pudo contra su genialidad.

Daniel Lovano / elpopular.com.ar

¿Puede alguien con la columna vertebral torcida, la pierna derecha seis centímetros más larga que la izquierda, víctima de poliomielitis cuando niño, ser tal vez el más grande jugador de fútbol de la historia de un país llamado, ni más ni menos, que Brasil?

Quizás no, salvo que haya nacido en una pobreza extrema, zambo (hijo de indígena y descendiente de africanos), en una casa de una sola habitación, en medio de 12 hermanos llamado Manoel Francisco Dos Santos.

Lo batizaron "El angel de las piernas torcidas"; "La alegría del pueblo" (Alegria do povo), "El pájaro de la floresta". El mundo lo conoció como Garrincha, apodo que le puso su hermana Rosa porque lo vio parecido a un ave del Mato Groso marrón, feo, veloz e inocente, casi imposible de ser cazado su vuelo rápido, que canta bonito pero es reacio a vivir en cautiverio.

Nació el 28 de octubre de 1933 en Pau Grande, un pueblo favela en el interior del estado del Río de Janeiro. Lo descubrió Araty, un recio zaguero de Botafogo, un día que llegó invitado por su cuñado a comer una parrillada en un pueblo del interior y quedó deslumbrado con el morenoto en un partido de aficionados entre el Pau Grande y la Unión de Bancarios de Cavalcante.

Los dirigentes de Botafogo tardaron en creer las maravillas que contaba del pibe. Las llegaron a atribuir a un almuerzo demasiado regado con alcohol, y fue un socio de Botafogo que movido por la curiosidad regresó un año después al pueblo y regreso igual de obnubilado: "O que diz Araty e tudo certo, trata-se de um grande craque".

Con Botafogo de Río de Janeiro jugó entre 1953 y 1966, y obtuvo tres títulos, jugó en el San Pablo, cerró su carrera en Colombia, pero el mundo lo hizo inmortal en los Mundiales de Suecia 1958 y Chile 1962.

Para el mundial de Suecia los tests psicofísicos desaconsejaban su presencia. En uno de ellos sacó 38 puntos cuando eran necesarios 123, lo que llevó a Joao de Carvalhaes, psicólogo de la selección brasileña, a sentenciar: "Es un débil mental no apto para desenvolverse en un juego colectivo".

Garrincha fue la gran figura del campeonato que marcó también la irrupción de Pelé, y dejó una sentencia de su personalidad luego de la final ganada a Suecia, cuando preguntó a sus compañeros que festejaban, "si sólo hemos ganado un campeonatito, sin valor... pobre. Fíjense que ni tiene segunda vuelta".

Jugó 60 partidos con la selección brasileña, que nunca perdió con él y Pelé, en el campo y marcó 232 goles con la camiseta de Botafogo (el día del debut marcó tres).

Cuatro años después de la primera Copa, se cargó al hombre a una selección brasileña que perdió a Pelé por lesión en el segundo partido (lo que desmonta el mito de que el ex jugador del Santos le hizo ganar tres mundiales a Brasil).

Frente a Inglaterra en cuartos de final, tuvo una actuación extraordinaria y convirtió dos goles; en semifinales frente a Chile hizo otros dos en el primer tiempo y después se dedicó a bailar a los defensores locales.

Harto de las patadas de los chilenos, devolvió una de las patadas y recibió la advertencia del árbitro Yamazaki; creyendo que el juez no lo entendería, le propinó una larga serie de insultos. Garrincha no sabía que era peruano y se fue expulsado.

La siempre astuta política brasileña se movió rápido y evito una final sin Pelé ni Garrincha, metieron presión al Comité de Disciplina de la FIFA y Mané pudo jugar la ante Checoslovaquia. "No hay problema, amaga para la izquierda y sale siempre para la derecha" dijo el entrenador europeo. Una frase que se haría célebre en la Argentina con el tiempo para definir como "Garrincha" a algunos políticos vernáculos.

El día de la gran final, durante la charla técnica del entrenador Aymore Moreira, Garrincha le preguntó "¿Hoy es la final?" y con la respuesta afirmativa dijo: "Ah, con razón hay tanta gente".

Brasil ganó su segunda Copa del Mundo, con un Garrincha inigualable, que dejó para la historia una actuación sólo equiparable con la de Diego Maradona en México 86.

Como Maradona, también dejó frases para la posteridad. "Mi diferencia con Pelé es que yo apenas supe gambetear los problemas con los pies" dijo alguna vez; "Yo no vivo la vida, la vida me vive a mí" lanzó en otra oportunidad.

Tuvo 14 hijos reconocidos (uno nacido en Estocolmo tras su paso por Suecia 58); tres matrimonios frustrados, el más famoso con la cantante Elza Soares,

El pájaro de la floresta murió el 20 de enero de 1983 en Río de Janeiro, tan pobre como había nacido, según los médicos como consecuencia de "congestión pulmonar, pancreatitis y pericarditis, todo dentro del cuadro clínico de alcoholismo crónico".

Carlos Drummond de Andrade, uno de los mayores poetas del Brasil, lloró su despedida: "Fue un pobre y pequeño mortal que ayudó a un país entero a suspender las tristezas. Lo peor es que las tristezas vuelven y no hay otro Garrincha disponible. Se necesita un Garrincha nuevo que nos alimente el sueño".

Lo dice su epitafio: "Aquí descansa en paz el hombre que fue la alegría del pueblo: Mané Garrincha".

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