Rumbo a Brasil 2014 Suecia 1958 fue el Mundial de Pelé, de Garrincha, Just Fontaine, de las grandes ausencias y del papelón argentino en su regreso de un ostracismo voluntario.
La primera Copa de Mundo sin Jules Rimet (había fallecido en Paris el 16 de octubre de 1956, a los 83 años) fue quizás el comienzo de un fenómeno universal sin parangón. Quizás por Pelé, quizás por Garrincha, quizás por Brasil, tal vez por Just Fontaine, el Mundial de Suecia de 1958 significó un punto de partida para otros tiempos en el certamen deportivo más importante del planeta.
Doce estadios, entre Estocolmo y otras once ciudades, fueron anfitriones de la Copa del Mundo donde la Argentina volvía a la cita con el objetivo de demostrar dónde estaba el mejor fútbol. "De este lado del Río de La Plata", según la sesgada mirada de entonces.
Como había acontecido con Italia 10 años antes, después de hacer una eliminatoria brillante que lo posicionaba como gran candidato a ganar su primer mundial, Inglaterra perdió a sus principales figuras en el accidente de aviación que les costó la vida a 33 ocupantes, entre ellos casi todos los jugadores del Manchester United, pero especialmente el defensor Byrne, el goleador Tommy Taylor y su gran estrella, Duncan Edwards, jugador que los británicos pensaban que iba a conducirlos hacia la consagración.
Otro gigante, Italia, fue eliminada los entusiastas y aficionados jugadores Irlanda del Norte, y España se quedó en el camino por culta de Escocia.
Israel logró la clasificación por descarte, al renunciar al cuadrangular final por razones políticas las selecciones de Indonesia, Egipto y Sudán, como antes había sucedido con Turquía, pero como el reglamento de FIFA decía que "ningún país podrá participar de la fase final de un Mundial sin haber jugado al menos un partido", le obligó a jugar una eliminatoria con Gales, y cayó 2-0 tanto en tel Aviv como en Wrexam.
Suecio 58 fue la primera presencia de la Unión Soviética, en un marco record de inscriptos: 53 contra los 13 que se le animaron a Uruguay 1930. También la primera eliminación de Uruguay, a manos de los paraguayos en la eliminatoria sudamericana.
Fue la reinserción en un Mundial de la Argentina después de 28 años (si se tiene en cuenta que a Italia 34 asistió con un equipo de aficionados). Claro, la soberbia porteña presentó un equipo de veteranos, con un entrenador desactualizado (Guillermo Stábile) por la irracional decisión de marginar a las figuras del equipo que había bailado un año antes a Brasil en el Sudamericano de Lima porque se habían ido a jugar a Italia. Entre otros, Maschio, Sívori y Angelillo.
Lo que empezó siendo el mundial de las grandes ausencias y de la única presencia de las cuatro selecciones británicas en 83 años de historia, derivó en tres semanas inigualables entre el 8 al 29 de junio.
Lo de la Argentina fue un papelón: una derrota inicial contra Irlanda 3-1, victoria 3-1 sobre Irlanda del Norte, y despedida con un bochornoso 6-1 frente a los checos, sólo equiparable con la despedida de Sudádrica 2010 (con Diego Maradona y su séquito de amigos en el banco de suplentes), y el 0-4 de la desorganizada selección de 1974 frente a la inimitable "naranja mecánica" holandesa de 1974.
Suecia 1958 fue bautizado por algunos como "La Navidad del Fútbol", por la mágica irrupción de un morochito de 17 años nacido Três Corações, el Estado de Minas Gerais, el 23 de octubre de 1940, registrado como Edson Arantes do Nascimento y bautizado universalmente como Pelé.
Y eso que Pelé (junto con la gran figura de ese Mundial, Manoel Dos Santos, Garrincha) no arrancó el Mundial. En su caso porque llegó con una lesión en una rodilla producto de una entrada muy fuerte de un rival en un partido de preparación que el seleccionado brasileño jugó ante el Corinthians de la liga Paulista antes de partir a Suecia.
Brasil fue de menor a mayor: 3-0 a una muy débil Austria, 2-0 a la Unión Soviética y 0-0 con Inglaterra; en cuartos sufrió para ganarle 1-0 a Gales del gigante John Charles (ídolo histórico de la Juventud y compadre futbolístico de Enrique Omar Sívori en la Vecchia Signora), con el primer gol de Pelé por Copas del Mundo.
A semifinales llegaron además Francia, Suecia y los alemanes. Brasil le ganó a los galos 5-2 y los anfitriones a los campeones vigentes 3-1. Final deseada para los suecos, con final indeseable: derrota 5-2, a pesar de una tempranera ventaja de Nils Liedholm (prócer de la Roma italiana), que prontamente se encargaron de revertir Vavá -2-, Pelé -2- y Zagalo.
Eso fue Suecia, el Mundial de los grandes íconos: Pelé, Garrincha, Fontaine (máximo goleador en una sola Copa, con 13 conquistas), Lev Yashin (el gran golero ruso) y cinco hombres inmortalizados a partir de ese 1958 que le dio la primera de las tres Jules Rimet a Brasil: Garrincha-Didí-Vavá-Pelé y Zagalo.