Se realizó el miércoles pasado
Con una sencilla ceremonia se realizó el miércoles en la casa radical el acto en recuerdo a los 30 años de la restauración de la democracia argentina y que se apoyó en revalorizar la figura del Dr. Raúl Alfonsín.
Poco público asistió al evento, al punto que tuvo marcadas ausencias como el caso de los dos intendentes radicales que tuvo Laprida desde 1983 como fueron Alfredo Irigoin y Susana Iglesias. También faltó la Juventud Radical y varios de los integrantes de la reciente lista de candidatos de las legislativas. Si en cambio lo hicieron los concejales en ejercicio.
Las primeras palabras estuvieron a cargo del presidente de la mesa directiva Hernán Mehlhose que expresaba que decir "Raúl Alfonsín es decir una persona de mucha grandeza y a mí y a los argentinos nos han quedado sus principios básicos: la tolerancia, la participación ciudadana y el pluralismo"
Por su parte la ex concejal y ex presidente de la mesa directiva de la UCR Cristina Sarachu recordaba que después de aquella dictadura "aquel 30 de octubre ganó el pueblo argentino una libertad que le estaba cortada, sesgada y escuchando al líder del Dr. Alfonsín aún estamos con ese deseo que el tuvo cuando asumió, cuando dijo por 100 años de democracia en paz y con prosperidad para el pueblo argentino".
Para agregar que "el Dr. Alfonsín dejó pila de enseñanzas, a pesar que una historia renovadora nos quiere mostrar otros principios, otras cosas y hacernos equivocar, confundir y hacernos creer que son los mismos tiempos:1983 no es 2013 y nada es comparable".
Finalizado el acto la mesa directiva hizo entrega de un texto referente a la fecha expresó que "la Unión Cívica Radical de Laprida hace público este homenaje por los 30 años de vida democrática en forma ininterrumpida.
Todo un logro para nuestro país que desde su primer voto democrático hasta 1983 nunca logró que un presidente constitucional entregara el mando a otro elegido por la voluntad popular.
Raúl Alfonsín fue un hombre íntegro, honesto, que respondió con coraje a la hora histórica que le tocó vivir. Un hombre que estuvo a la altura de las circunstancias. Que siempre obró coherentemente con sus ideas, y que todos sus actos se vieron impregnados por éstas. Fue un hombre de paz, un liberador de almas y de intelectos. Fue en definitiva, un ejemplo de vida cívica. Un defensor de los derechos humanos.
Los hombres y mujeres de la democracia actual debemos resaltar siempre esa enseñanza que nos dejó: ''Siempre creí y así lo dije en tantas oportunidades, que es la misión de los dirigentes y de los líderes plantear ideas y proyectos evitando la auto referencialidad y el personalismo; orientar y abrir caminos, generar consensos, convocar al emprendimiento colectivo, sumar inteligencias y voluntades, asumir con responsabilidad la carga de las decisiones. Sigan a ideas, no sigan a hombres, fue y es siempre mi mensaje a los jóvenes. Los hombres pasan, las ideas quedan y se transforman en antorchas que mantienen viva a la política democrática''.
Las generaciones venideras deberían verlo como un hombre que cumplió con la ética de la responsabilidad y la ética de las convicciones. Vaya el reconocimiento a los 30 años de democracias en la figura del Presidente Raúl Alfonsín".
