ARGENTINO A Empató 0-0 con Defensores de Villa Ramallo, alargó a seis partidos la racha sin ganar. Le faltó vuelo, pero tuvo situaciones muy claras como para quedarse con los tres puntos, en un trámite parejo.
Fotos: Marcelo Kehler y Claudio Martínez
Racing atraviesa por circunstancias muy parecidas a las de tantas tardes y noches que se fue feliz del "Buglione Martinese"; cuando algún acierto y después una defensa estoica le alcanzaba para engordar su números en la tabla de posiciones.
Esta vez no han hecho falta defensas heroicas, pero los aciertos tampoco aparecen, entonces se repiten y se profundizan las preocupaciones por la falta de victorias en un torneo que cada vez se hace más cuesta arriba.
No jugó, pero pudo haber ganado porque tuvo las llegadas como para hacerlo, de todo tipo: aproximaciones, situaciones claras y de esas inverosímiles que se han hecho costumbre al menos un par de veces por partido, como contra Alvarado o Maipú.
Frente a los marplatenses, el Guante Ibáñez venció las manos del arquero, apareció el travesaño, la pelota picó en la línea y se fue de la cancha, y en el final un defensor le sacó el gol al misionero Almirón abajo del travesaño; con Maipú fueron muchas más, y en el cierre también apareció la cabeza de Duarte, otra vez en la línea, después de hacer figura al arquero.
Esta vez a lista superó la media docena de llegadas, otra en la línea casi sobre la hora (de Sadauskas a Ferrara) y una increíble de Vitale, cuando punteó antes que el arquero y la pelota bailó sobre la línea sin decidirse a entrar, ni tampoco dejarse empujar.
Hay razones mucho más profundas para explicar este momento, pero cuando el plateista se enoja e implora por la falte de "ligue", algon de razón debe tener.
El doble cinco (esta vez conformado por Blanco y Teijo) fue un relojito a lo largo de todo el primer tiempo, que le permitió a Racing jugar muy lejos del arco de Mocoroa.
Claro, en la otra mitad de esta historia, le faltó agresividad por las bandas y con Ramírez demasiado atrasado resignó casi todas las opciones ofensivas a lo que pudiera hacer Ferrara, en inferioridad numérica frente a los defensores de Defensores de Belgrano.
Una sola vez lo tomaron mal parado, fue en el arranque, cuando Campo encabezó una contra a dos bandas, escapó en la izquierda y Olego la pifió del otro lado.
El resto de las llegadas fueron todas para Racing: gran cambio de Ramírez para Bruzzone, que apareció a espaldas de Del Río, y no acertó con su cabezazo; remate lejano de Ferrara que de casualidad no sorprendió a Schomberger; remate de Erramuspe desde el borde del área al cuerpo de "uno"; precisa asistencia de Bruzzone para Ferrara, y Lorenzo no llegó por poco en el punto del penal; la volea mordida de Teijo encontró la cabeza de Ferrara, que no le acertó al arco .
Conforme fueron pasando los minutos, la media cancha de Racing fue perdiendo solidez; a los problemas de retroceso que repitió Vitale, se sumaron las imprecisiones de Bruzzone, entonces todo quedó resumido a la pelea de Teijo-Blanco, para bloquear, y para avanzar, pero sólo ganado territorio, como en el rugby.
De juego asociado casi nada, a no ser que la pelota pasara por los pies de Ramírez, que se junto con Bruzzone en la derecha, armó un desborde genial, y del otro lado Ferrara no logró acertarle al arco.
Fue pisando el cuarto de hora del segundo tiempo. No había tantas piernas en Blanco-Teijo para la presión, entonces Ramallo se animó a salir unos cuantos metros.
Pero lo volvió a tener Racing: Vitale corrió una pelota imposible en la izquierda, llegó antes que Schomberger, y ni el toque de zurda, ni nadie por el medio lograron traducir ese ataque en gol.
Ante los reproche de la gente, Dabove veía que se podía ganar y también se podía perder en los alertas que encenció Defensores: primero el gol anulado a Campo, después la magistral doble salvada de Mocoroa a Olego y Rodríguez, y la siguiente a Torrente.
Hubiese sido un verdadero pecado perderlo, pero Racing tuvo otra muy clara: Ramírez metió otro gran desborde en la derecha, y el derechazo de Ferrara, de frente al arco, besó la base del palo izquierdo.
Y en el final, la clásica salvada de la línea que no puede faltar: Buongionro sacó un centro desde la izquierda, Ferrara tocó al gol y esta vez apareció Sadauskas, como antes Duarte, y más atrás Luengo.
No hay caso; Racing no juega mucho peor que cuando sumaba de a tres, pero sigue acumulando de a uno, y como local, esos puntos más que sumar, restan...
Esta es la síntesis del partido:
Racing A. Club: Martín Mocoroa; Esteban Erramuspe, Cristian Draghi, Mathias Buongiorno, Franco Janson; Mauricio Bruzzone, Leandro Teijo, Milton Blanco (ST 43m. Rodrigo Zeolla), Leonardo Vitale (ST 40m. Rodrigo Lamardo); NICOLÁS RAMÍREZ y Lorenzo Ferrara. DT: Diego Dabove
Defensores de Belgrano de Villa Ramallo: Nelson Schomberger; Mauricio Ferrari, Walter Del Río, David Sadauskas, Nahuel Santos (ST 34m. Juan Manuel Lovato); Federico Scoppa; Fernando Torrent, Jonathan Rodríguez, Jonathan Campo, Franco Olego (ST 31m. Leandro Bazán); y Flavio Ciampichetti.
DT: Gabriel Gómez
Amonestados: Draghi, Buongiorno, Blanco y Ferrara (RAC); Stroppa (DBVR)
Arbitro: Federico Presa (6), de la Liga Marplatense
Estadio: "José Buglione Martinese"
LA FIGURA
Nicolás Ramírez: con unas pocas participaciones, se mostró diferente al resto. Una par de apariciones geniales pusieron a Racing muy cerca del gol. Milton Blanco fue otra buena figura, en la mitad de la cancha chaira.