FUTBOL

La locura humana también se ensañó con la "Década dorada"

Rumbo a Brasil 2014 Los historiadores coinciden en que los 40 marcaron una época irrepetible para el fútbol argentino, pero no hubo mundiales por la Segunda Guerra Mundial. Igual, la celeste y blanca se llevó cuatro sudamericanos, que se jugaron 1941, 1945, 1946 y 1947.

Daniel Lovano / elpopular.com.ar

La tragedia que significó para el siglo XX las dos Guerras Mundiales, especialmente la segunda, hizo daños irreparables a la humanidad. También interrumplió la secuencia mundialista por doce años, desde Francia 1938 hasta Brasil 1950, algo más de una década que coincidió además con una de las épocas más brillantes en la historia del fútbol argentino.

Por citar un dato contundente, que por sí solo proyecta las chances argentinas de ganar mucho antes de 1978 su primera Copa del Mundo, la "Década dorada" del fútbol argentina se confirmó a nivel internacional con la obteción de cuatro Campeonatos Sudamericanos (hoy Copa América) consecutivos, en los años 1941, 1945, 1946 y 1947. Hasta hora, la única con tres títulos al hilo en la casi centenaria competencia continental.

¿Pudo la selección argentina haber sumando alguna copa más a las dos logradas en el ciclo 1978-1986? Muy posiblemente; era la época de los maravilloso quintetos de ataque a han trascendido al paso del tiempo: "La Máquina" de River, con Muñoz-Moreno-Pedernera-Labruna y Loustau; la fenomenal delantera de San Lorenzo en 1946 (Imbelloni-Farro-Pontoni-Martino-Silva); en Huracán jugaba un tal "Tucho" Méndez (máximo goleador en la historia de la Copa América), en River despuntaba un tal Alfredo Di Stefano, en Boca rompía redes el "Atómico" Mario Boyé.

Además de estos próceres del fútbol sudamericano, otros nombres propios le dieron brillo a la camiseta celeste y blanco, como "Tarzán" Bello, rojo inolvidable como capote De la Mata; los "bosteros" De Zorzi, Sosa y Amarante. Para ganarle, por ejemplo, para ganarle el partido decisivo en 1945 a Brasil 3-1, en 1946 fue 2-0 en Buenos Aires (los cinco goles de Tucho Méndez).

En 1947 nada menos que Alfredo Di Stéfano era suplente del equipo que volvió a levantar la Copa en el Estadio Nacional de Santiago, donde no acudió Brasil.

Tal vez intuyendo que había pocas chances frente a aquellos fenómenos a quienes la locura humana les arrebató la posibilidad de levantar la Copa Jules Rimet.

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