Carlos Arena El campeonato local no lo motiva, Sarmiento lo espera y se lo quiere llevar a toda costa, pero el último romántico del fútbol olavarriense se niega a enfrentar a los carboneros en el Argentino B.
Figura en los tramos finales del TDI 2009, cuando Arbío se decidió a entregarle la camiseta número diez, autor de la asistencia en el gol del ascenso, pieza clave en la mejor campaña carbonera (con Romanello) este invierno lo encuentra en una disyuntiva: o sigue en la Pringles, o cuelga los botines.
El último romántico del fútbol olavarriense, ejemplar de una especie que no tiene oferta en el ámbito local, pudo haber jugado en la dramática salvación frente a Liniers el último partido importante de su carrera.
"En Sarmiento de Ayacucho me quieren, me dan lo que les pido, pero no podría jugar el mismo campeonato en contra de Ferro. Ya me pasó en el torneo local jugando para Loma Negra y me sentí muy raro; ni me quiero imaginar lo que me puede pasar en un Argentino B" confesó Arena.
El torneo local no lo moviliza. "Si no arreglo en Ferro, Argentino B no voy a jugar. Vengo jugando el local y, sin faltarle el respeto a nadie, es complicado motivarse, no dan ganas... Si no arreglo con Ferro, cuelgo los botines" advirtió.
El "Topo" Draghi está tratando de cambiar su opinión. "Me dijo que me consigue un trabajo para jugar en Loma Negra el torneo local; en Ayacucho me quieren la semana que viene para que esté en el arranque de la pretemporada y no tengo ganas" reveló.
"Cuando uno juega un Argentino B o un Argentino A se acostumbra a otra cosa; a otro campeonato, otros rivales, a tener que jugar semana de por medio afuera contra jugadores distintos y públicos distintos, a la necesidad de ganar para pelear arriba o para no descender, y yo en Ferro me sentía como en mi casa" subrayó.
De lado de Ferro hubo alguna charla con dirigentes, pero nada con Otermín. "Estoy bien; no paré desde que dejé de jugar en Ferro, he ido a entrenar todas la noche con Loma Negra" señaló y dijo que "dicen que el nuevo entrenador no me conoce, pero en realidad no creo que conozca a ninguno, así que la esperanza es lo último que se pierde".
Arena no nació de Ferro, ni siquiera hizo la mayor parte de su carrera con la camiseta albiceleste, pero quedó enganchado de por vida con el club y con las vivencias que atravesó en los últimos cuatro años.
"Cuando yo arranqué en primera división no había Argentino B, ni Argentino A, pero si en esa época se me hubiese cruzado un Romanello tal vez habría explotado antes y mucho más. Hubo momento malos, pero los momentos más lindos de mi carrera lo pasé en este club. En la época de Romanello era entrar a la cancha, y hasta yo me asombraba de lo que era capaz de jugar y de correr. Pero porque estaba motivado; vino un técnico que me hizo sentir importante en su equipo" cerró.