BASQUETBOL. La otra vocación del ala pivote Tomás Ligorria, de último paso en Estudiantes El cordobés, uno de los recientes refuerzos que anunció San Isidro para la temporada 2020/2021 de la Liga Argentina, habló de la carrera universitaria que inició este año en la Universidad Siglo 21. Cómo surgió su visión sobre la formación académica y su costado solidario, donde ponderó las tareas que realiza el Bata.
Y a veces no solamente se trata de un futuro, sino que puede también abarcar un presente con proyectos a raíz de vocaciones que se pueden volcar desde lo profesional.
El caso de Tomás Ligorria es un claro ejemplo de lo que significa esto de prepararse de cara a futuro, de cultivarse, de buscarle un rumbo y empezar otro camino más allá del básquetbol. Si bien para el joven cordobés el deporte es su pasión y el motor que tanto lo impulsa dentro de su actual rol como jugador profesional, también se decantó en simultáneo por seguir una carrera en la universidad.
Así fue como Ligorria, que recientemente cumplió 26 años, llegó a la carrera de Tecnicatura en Diseño Protocolar, Organización de Eventos y Relaciones Públicas e Institucionales. La lleva a cabo dentro de la Universidad Siglo 21, pudiendo cursar esta formación a distancia y sabiendo que en dos años y medio ya podría tener un título con el cual desenvolverse.
En el medio está claro que sigue y seguirá ligado a la actividad deportiva, su verdadera pasión, y por eso la Web de la Asociación de Clubes (AdC) habló con él.
Ligorria se encuentra hoy en su ciudad natal tras haber concluido una positiva temporada en Estudiantes de Olavarría, donde promedió 9,2 puntos en 21 minutos por noche, y sabiendo que ni bien tenga la posibilidad de que se flexibilice la situación de emergencia sanitaria en el país a raíz de la pandemia de Covid 19 de inmediato armará sus bolsos para viajar rumbo a San Francisco, ya que varios días fue anunciado como uno de los refuerzos de San Isidro pensando en la temporada 2020/2021 de la Liga Argentina.
Tomás viene de una familia donde más allá de tener una vocación muy marcada al deporte, también se entiende que el aprendizaje y la parte intelectual terminan siendo pilares para el desarrollo personal. A su vez, y también movido por las campañas sociales que vivió la temporada pasada en Olavarría con Estudiantes, el ala pivote también se refirió a ese costado solidario que lo marcó y despertó en este último tiempo.
-¿Cómo acomodás los estudios con el básquetbol?
-Estoy estudiando una Tecnicatura en Diseño Protocolar, Organización de Eventos y Relaciones Públicas e Institucionales, a distancia en la Universidad Siglo 21. Empecé un poquito antes de la cuarentena, por lo cual aún no conviví mucho entre el estudio y el básquetbol, pero medio me voy preparando para eso porque creo sin dudas que si sos organizado se puede.
-Por la pandemia varios jugadores se volcaron por algún emprendimiento, ¿te pasó?
-No, la verdad que no. En este receso por suerte no necesité tener un emprendimiento, pero sí digo que hay muchos en mente a desarrollar, los cuales me reservo por el momento (risas). Por otro lado, aún no estoy con una acción solidaria, pero sí tengo en mente aportar alimentos a comedores u hogares de ancianos que necesiten.
Y en esto destaco lo que viene haciendo Estudiantes de Olavarría desde hace mucho tiempo, porque es un club que está muy comprometido con lo social. La temporada que pasó, que estuve en el equipo, hicimos visitas a internados de adicción, a talleres de trabajo de gente mayor con capacidades diferentes y la que más me gustó fue que salimos de a dos o tres con un carrito de súper a recolectar alimentos por un barrio. Terminamos recolectando como cinco o seis carritos repletos para un comedor.
-Estudiantes siempre se acercó a la gente con sus campañas …
-Sí, la verdad es que siempre es lindo poder ayudar. Hay que acomodar los tiempos solamente y por más chica que sea esa colaboración puede ayudar mucho a una persona.
-Volviendo a lo de la carrera, ¿de dónde surge?
-Con la carrera resulta que varias veces me llamó la atención todo el tema de organizar eventos y demás, siempre me pasó así. Y es por todo lo que vivía en organización y protocolo, ya que crecí acompañando a mi viejo a ferias o exposiciones grandes. No diría que es una pasión porque mi verdadera pasión es jugar al básquetbol y mi familia, pero sí es algo que me veo haciendo en algún futuro.
-¿Y ese empujón cómo se dio?
-Averigüé y decidí anotarme. Ayudó también una charla linda en el club con una persona dedicada a eso, lo que me abrió mucho la cabeza. Y bueno, ahora con todo esto de la pandemia se me dio este tiempo para avanzar e ir sumando, así cuando comencemos no me resulta tan complejo.
-¿Qué peso tiene esta parte académica en tu vida y para tu formación?
-La verdad es que le doy mucha importancia, obviamente. Mi familia además de deportistas son todos muy estudiosos, dos padres licenciados y mi hermana del medio estudia abogacía, además hace vóleibol y jugó dos mundiales menores (NdR: Angeles Ligorria es parte de Las Panteritas, con paso por clubes como Atenas de Córdoba y Gimnasia y Esgrima de La Plata). Ellos siempre me bancaron en todo y la verdad es que tener una herramienta más a futuro siempre viene bien. Nuestra vida deportiva es corta y hay que saber administrarla para que rinda a futuro.