Entrevista a Cristina Chiste La directora del Grupo coral La Madrid contó cómo fue la experiencia de participar de un encuentro nacional virtual y cómo ensayan durante la cuarentena.
"Nuestra vida coral sigue en cuarentena", dice la profesora y fue así que pocos días de que se impusiera el aislamiento obligatorio el Grupo recibió una invitación de Raúl Fritzsche, director del Coro Kennedy.
"Nos pareció muy motivador sobre todo en estos momentos en que nos podemos ver", sintetizó Chiste.
La propuesta era interesante: interpretar la canción "Pronto venceremos". "Consulté a cada uno para ver si querían participar y enseguida me dijeron que sí. No sabíamos dónde nos metíamos", recordó la directora. Es que en apenas una semana debían aprender la canción e interpretarla; sin poder reunirse el desafío fue doble porque cada uno de los integrantes debió grabarse con un celular. Luego se reunieron los fragmentos y se enviaron para su posterior edición.
El Grupo Coral La Madrid fue representado por Mónica Mackeprang, Virginia Crespo, María José Palacios, Ailín Garay y Marcela Catenacci (sopranos); Adriana Bianchi, Miriam Vallades, Gloria Díaz y Cristina Chiste (contraltos); Héctor Mackeprang (bajos); Pablo Jaime, Claudio Ramírez y Ezequiel Gavio (tenores).
"Nos enganchamos enseguida aunque no sabíamos dónde nos estábamos metiendo porque no sabíamos cómo iba a resultar ya que nos filmamos cada uno por separado, pero al final fue una experiencia hermosa", señaló Chiste.
Además del conjunto lamatritense participaron "Cantares" (Olavarría), "Agrupación Coral del Sur" (Carmen de Patagones) y un ensamble de voces del oeste (provincia de Buenos Aires); dos coros de Santa Fe: uno de una biblioteca de Murphy y otro de Chovet; el Coro Municipal de Gral. Las Heras (Santa Cruz); un grupo de profesionales de la salud de Caleta Olivia; el coro polifónico Aonikenk de Río Gallegos; "Los Corresponsales del barrio" (Río Grande, Tierra del Fuego); el club del Canto (Río Tercero, Córdoba); el Coro Kennedy, el coro virtual internacional y el coro Rinah de la comunidad hebrea -todos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires-.
"Fue un trabajo muy intenso porque cada uno recibió su parte, la escuchó y nos juntamos por videollamada para ver cómo estábamos con la melodía. Una vez que se sintieron seguros comenzamos, cada uno en su casa y con sus teléfonos, a grabar la parte que les tocaba… trabajó mucho la familia y hay muchas anécdotas", sintetizó la directora sobre cómo fue el "backstage".
"El mensaje de la canción es muy lindo. Para nosotros fue una satisfacción tener esta oportunidad y a la vez un desafío", insistió.
"Sentimos orgullo por representar a La Madrid porque no nos representamos a nosotros mismos sino a toda la ciudad, por más que seamos independientes. Me da emoción que entre tantos coros del país esté La Madrid", recalcó.
"El canto coral te permite unirte al otro. La música permite unir a tanta gente en un mismo mensaje es hermoso, más en estos momentos de pandemia. Encontrar un refugio en el arte es maravilloso porque nos saca de la tensión del día, nos pone a cantar y buscar proyectos", indicó la directora del Grupo Coral.
Juntos a pesar de la distancia
"Nuestra vida coral sigue en cuarentena", recalca Cristina Chiste. Sin la posibilidad de realizar los ensayos semanales, el Grupo Coral La Madrid encontró la alternativa: las llamadas de Whatsaap. "Trabamos en grupos de tres personas; se plantea la melodía, se aprende en la casa y después la tienen que cantar en los encuentros", sintetiza la directora.
La participación en el encuentro virtual de coros "fue muy lindo porque nos permitió, sin conocernos, unirnos con tantas voces. Son más de 250 personas porque hay coros muy numerosos y otros muy pequeños", apunta pero a la vez la profesora destaca que "a nosotros nos deja un ritmo de trabajo que estamos aprovechando para hacer obras nuevas".
Hay quien dice que ante un problema nace una oportunidad y de esa manera se lo plantea el Grupo Coral.
"Trabajar con las videollamadas es mucho detalle porque nos reunimos y cada uno tiene que cantar su parte entonces la corrección es muy finita. Cuando uno de los integrantes del grupo va a cantar lo que aprendió pone el audio, canta por teléfono y yo la escucho; trabajamos con partitura aunque no todos sepan leer música sí saben los compases y ahí se corrigen", describe Cristina Chiste.
"Obviamente falta el contacto y no tenemos manera de escuchar todo el grupo completo pero nos vamos arreglando porque esto va para largo y si no ensayamos el coro se muere", agrega.
"Es sanador hacer una actividad que te distraiga de los problemas que tenemos hoy porque te suelta, te relaja y pone la cabeza en otro lado. Además lo hacemos con satisfacción", cierra la directora del Grupo Coral La Madrid.