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"Este bronce no lo cambio por el oro"

BASQUETBOL. Sergio Hernández regresó de Beijing con la medalla de bronce y fue recibido por el Intendente municipal

Luis Ahumada

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"Te damos la bienvenida en tu regreso a la ciudad que tanto vos como tu familia han elegido para vivir. Obviamente que es un orgullo para la ciudad tenerte aquí porque una cosa somos los que nacemos en la ciudad y otra sos vos, que elegiste Olavarría para criar a tus chicos. De más está felicitarte por la campaña".

"Hubo un momento en que vos contaste hace un par de días sobre la intimidad de las lágrimas de Manu, que tal vez haya sido la expresión de lo que significa el deporte llevado bien adentro. Y para el deporte argentino haber mantenido esa cosa tan importante, que es demostrar que los argentinos podemos trabajar bien en equipo y poder llegar hasta el lugar que llegaron, es a través del gran esfuerzo realizado. Estás otra vez entre nosotros y aquí te entrego un mínimo reconocimiento del gobierno de la ciudad para vos".

Fueron las palabras con las que el intendente municipal José Eseverri le dio la bienvenida ayer a Sergio Santos Hernández en el despacho municipal y le entregó una plaqueta en reconocimiento por la tarea realizada por el DT con la selección nacional de básquetbol que ganó la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Beijing.

Minutos después de las 14.30 y acompañado por una caravana de autos que lo fue a esperar en la rotonda de la avenida Dante y Torcuato Emiliozzi, apareció el "Oveja" por el Palacio Municipal y allí las autoridades comunales que estaban junto con José Eseverri (el jefe de Gabinete, Héctor Vitale; el director de Deportes, Gabriel Rosatto, y el coordinador de Deportes, Ernesto Pires) lo recibieron cálidamente, sumados a la gente que se acercó hasta la esquina de San Martín y Rivadavia.

Luego de las palabras del intendente municipal, un emocionado Sergio Hernández, hijo adoptivo de la ciudad, replicó diciendo que "de más está decir que agradezco profundamente este reconocimiento. Cuando empecé a sospechar que me estaban esperando para darme esta bienvenida sentí como que a uno le da a veces un poco de vergüenza. Pienso que es algo exagerado porque en definitiva uno lo que hace es cumplir con su trabajo y a veces que se exalte tanto porque es una ocupación de carácter público o popular, en este caso muy pasional, sobre otros trabajos que se hacen tan bien y no salen en los medios, a mí particularmente me da un poco de pudor".

"Nosotros con mi familia elegimos Olavarría desde hace muchos años. Al principio Olavarría, a través de Estudiantes, me eligió a mí en 1998 y a partir de ese momento comenzamos a encariñarnos con la ciudad, a sentirla como propia y yo siempre digo que cuando me preguntan por qué elegiste Olavarría digo que además de elegir yo hay un momento en la vida en la que eligen tus hijos la ciudad.

"Por eso, en parte se lo deben a ellos los que están contentos que vivamos acá, porque son ellos los que se sienten olavarrienses y si ellos se sienten así, yo estoy encantado de la vida. Con mi señora nos fuimos de Bahía Blanca en 1990 y hemos vivido en muchos sitios diferentes. Este fue el lugar que sentimos que es el nuestro. Pensaba recién cuando venía en viaje que parecen exageradas estas cosas, pero ya con 44 años veo que no es así, que hay que aprovechar, que los Juegos Olímpicos son diferentes a cualquier otra cosa y en otro momento seguramente podré explayarme más sobre el tema.

"Hay que tener la posibilidad de agasajar a alguien que participó de los Juegos Olímpicos, ni siquiera al que ganó la medalla de oro. Cualquiera de los deportistas argentinos que fueron a Beijing se merecería un recibimiento así. Es el esfuerzo del deporte en su máxima expresión, es la representación de un país y todos los deportistas tuvieron una actitud tremenda.

"Así que me da mucho placer estar acá con ustedes y se los agradezco eternamente. Para resumir lo vivido en Beijing, fue la experiencia a nivel deportivo más fuerte y más linda en mi vida y no lo digo por haber ganado la medalla de bronce, si no la ganábamos la experiencia de los Juegos Olímpicos hubiese sido única y por eso me siento con la obligación de compartir la alegría con todos.

"Ante la presencia de mi familia siento que acá no hay una conferencia de prensa, es solamente querer saludar a una persona que por unos días de alguna manera representó al país y a la ciudad, y para mí es demasiado, por eso gracias una vez más".

La continuidad o no

Al ser consultado sobre su futuro al frente del equipo albiceleste, ya que terminados los Juegos Olímpicos venció su vínculo con la Confederación Argentina de Básquetbol (CABB), el entrenador que ganó la medalla de bronce sostuvo que "la selección nacional hace que se hablen muchas cosas siempre, cuando ganás o cuando perdés. Los argentinos somos así, y es nuestro defecto y nuestra virtud al mismo tiempo, somos tan exitistas todos que no nos perdonamos nada, queremos siempre ganar, estar arriba, y ahora seguramente que va a ser el tema por estos días".

"Mi contrato full time que hace dos años pasó a ser part time dice que yo era entrenador de la selección nacional hasta el final de los Juegos Olímpicos de 2008. Pero está estipulado de esa manera, por lo que hoy por hoy la selección nacional no tiene entrenador y son los dirigentes de la Confederación los que tendrán que hacer su balance, hacer su estudio, elegir un entrenador y hacer la propuesta. Si lo hacen conmigo, veremos, yo nunca dije que no seguiría, simplemente hoy ya no soy el entrenador del equipo argentino, ésa es la verdad".

El valor del bronce

Posteriormente el entrenador le dio la exacta magnitud que tiene para él la medalla de bronce lograda en China, más teniendo en cuenta la forma en que llegó el equipo al partido ante los lituanos, sin el lesionado Emanuel Ginóbili.

"Yo valoro mucho la medalla de bronce. Este bronce no lo cambio por el oro, estoy muy orgulloso de esta medalla. A veces vos llegás al oro por otro camino, hay maneras y maneras. Para nosotros este bronce fue muy especial y me parece que lo que hizo la Argentina ante Lituania en el partido por el tercer puesto fue la máxima expresión de deseo colectivo que vi en mi vida, y yo llevo dirigidos más de mil partidos en forma profesional.

"Hubo dos minutos que pidió el entrenador lituano para hablar con sus dirigidos en los que yo no hablé porque no tenía nada que decirles a mis jugadores, entonces cuando se gana un bronce, o también si llegás a un quinto o sexto puesto, dando todo lo que se puede dar desplegando todo el potencial de carácter, temperamento y orgullo, es un oro. Además, el oro y el bronce son metales parecidos (risas). Mi hijo Lautaro antes de ir a Beijing me dijo que quería oro o bronce, plata no".

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