BASQUET

El equipo de Estudiantes que lo ganó todo

BASQUETBOL. La histórica campaña 2000/2001 del Bataraz de Sergio Santos Hernández En una sola temporada logró la Liga Nacional, el Panamericano de Clubes y la Liga Sudamericana. Fue un conjunto dominante que marcó una época.

El Bataraz venía de ser campeón de la Liga Nacional por primera vez en la 1999/2000, pero en el camino sufrió tres bajas de suma importancia. La primera fue la del Jugador Más Valioso (MVP) de las finales ante Atenas de Córdoba, Rubén Wolkowyski, quien puso rumbo a la NBA para jugar en el hoy desaparecido equipo de Seattle SuperSonics.

Las otras dos salidas fueron las del terrible goleador estadounidense JJ Eubanks y el base platense Nicolás Gianella, y en sus lugares llegaron Gabriel Fernández, Byron Wilson y Paolo Quinteros. Además, se fichó a Gabriel Díaz y a Trelonnie Owens (estadounidense nacionalizado uruguayo), ya que a partir de la temporada 2000/2001 se permitió la incorporación un extranjero más (hasta esa campaña sólo se podían contratar dos).

Fue un verdadero equipazo, de larga rotación, con jugadores nacionales y foráneos de renombre y promesas con futuro internacional. Sabían que debían disputar la Liga Nacional, la Liga Sudamericana y el Panamericano de Clubes. Tres torneos en una temporada de muchos partidos, giras y choques. No sería para nada fácil el desafío, ya que tenían que mejorar lo que habían conseguido la temporada pasada, en donde se coronaron campeones del certamen doméstico.

Inicio y Playoffs

En la primera fase Estudiantes demostró que estaba para cosas serias y finalizó primero con un récord de 24 partidos ganados y 6 perdidos. En la segunda volvió a ser dominante y cerró la temporada regular como uno de los punteros de la Zona "A1" con un balance de 11 victorias y 3 derrotas. En cuartos de final lo esperaba su homónimo de Bahía Blanca y allí Estudiantes hizo uso de su etiqueta de candidato ganando los tres partidos de la serie por 130-97, 95-91 y 93-89.

Luego, en las semifinales se enfrentó a Boca Juniors, en donde venció cómodamente en el primer partido, pero perdió en el segundo de local (91-89) con un doble sobre la bocina. A pesar de eso el Bata demostró su temple y liquidó la serie en La Bombonerita con dos victorias (91-86 y 95-85).

Otra vez Estudiantes estaba en la final y en esa ocasión enfrentaba a Libertad de Sunchales. El primer encuentro quedaría en manos del Albinegro, que dominó el partido de principio a fin (111-100), pero en el segundo juego otra vez Estudiantes perdió en el Maxigimnasio con un final para el infarto (85-84). Tras ese revés el Bata repitió la situación de la instancia anterior y volvió a conseguir dos victorias en fila fuera de casa (100-83 y 91-86) que le permitieron tener una ventaja de 3-1 en la serie.

Finalmente la serie volvió a Olavarría y allí no hubo resquicios. Estudiantes manejó el quinto juego de tal manera que llegó a sacar 20 puntos en el primer tiempo, logrando ganar el partido 132-99, la serie y otro campeonato que desató la locura de la gente, mientras que los jugadores erigían el trofeo y Byron Wilson se quedaba con el MVP de las finales.

Vuelo internacional

La relevancia de Estudiantes no sólo se dio a nivel nacional, sino también en el contexto internacional. Primero llegó el Campeonato Sudamericano de Clubes Campeones, en plena pretemporada y con dos extranjeros de prueba: Zavian Smith y Marshall Phillips. Lógicamente, no se pudo imponer el juego y se finalizó el torneo en la cuarta posición luego perder en semifinales ante Trotamundos de Venezuela (que después fue el campeón) y en el partido por el tercer puesto frente a Welcome de Uruguay.

El segundo torneo internacional del año fue el Panamericano de Clubes que se disputó en Uruguay. En la fase de grupos Estudiantes quedó segundo luego de dos victorias (ante Vasco da Gama de Brasil y Mayas de Máxico) y una derrota (Aguada de Uruguay).

En las semifinales el Bata se encontró con Welcome, que ya lo había eliminado en el certamen previo, y esta vez fueron los de Sergio Hernández los que lograron llevarse el juego 104-102 tras un partido en el que Daniel Farabello metió un triple de siete metros que le permitió a los suyos forzar la prórroga. En la final los estudiantiles liquidaron a Aguada (74-64) y se consagraron campeones de la competencia en el mítico Cilindro de Montevideo.

El último torneo internacional fue la Liga Sudamericana. En el Grupo "B", en Bogotá, Estudiantes fue el puntero y venció a Uberlandia de Brasil, Real Santa Cruz de Bolivia y al local Piratas de Colombia. Los de nuestra ciudad estaban en su mejor momento y nadie los iba a frenar. En la etapa decisiva lo volvieron a demostrar y liquidaron en cuartos de final al último campeón, el Vasco da Gama de Elio Rubens, que tenía en sus filas entre otros a José Vargas, Rogerio, Sandro Varejao y un joven Nené Hilario.

Primero vencieron a los cariocas con amplitud en Brasil y luego lo hicieron en el Parque Guerrero, en un final no apto para corazones flojos, gracias al binomio Byron Wilson - Dwayne McCray.

En las semifinales dieron cuenta de Atenas de Córdoba tras dar vuelta la serie y ganar dos partidos en el Maxi por 79-68 y 84-80. Del otro lado estaba Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia, que había ganado la llave ante el Flamengo de Oscar Schmidt tras vencerlo en el tercer punto.

En la final hubo sólo un equipo. Estudiantes borró literalmente de la cancha a los patagónicos, triunfando en los tres partidos (100-86, 106-86 y 100-78) para quedarse con su segundo trofeo internacional de la temporada en el Maxigimnasio.

El equipo supo superar contratiempos y demostró que nunca hay que subestimar el corazón de un campeón. Los dieron por muertos y no confiaron en ellos, pero nada de eso importó y los dirigidos por Sergio Hernández lograron tres enormes títulos nadando en contra de la marea. Hasta el día hoy se los recuerda porque dejaron a Estudiantes y a la ciudad en lo más alto. Son y serán historia por siempre y para siempre. (Ignacio Miranda / Básquet Plus)

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