Más de 20 instituciones locales participaron con sus carrozas, todas ellas y para destacar que dejan en evidencia el compromiso con un gran trabajo artístico. Detrás simpatizantes y dirigentes han dejado horas de verano para estar presente.
Ya se ha vuelto un clásico el carro animado de la Escuela Nº 6 y es oportuno detenerse a destacar la labor extra áulica del grupo de docentes del establecimiento, cuando bien podrían hacer uso de su descanso, trabajan en enero buscando una idea, confeccionando sus trajes y armando su carruaje, para plasmar lo diferente lo que a la gente le divierte precisamente porque es carnaval. Comenzaron con la montaña rusa, el año pasado el desopilante equipo de nado sincronizado y en esta edición con el ballet, donde el actor local Agustín Pérez convertido en robustito primer bailarín despliega su talento con giros en el aire – como puede – sufriendo algunos contratiempos y así para arrancar todas las risas y los mayores aplausos.
También se observó en el carnaval infantil la presentación de la carroza de hockey de Club Lilán, sumado a más disfraces individuales y mascarones muy bien logrados por los vecinos de Laprida le dieron color y alegría a la primera noche de corso. La apertura estuvo a cargo del Rey Momo para luego hacer su paso los trabajos del Carnaval Infantil y la carroza con las postulantes a Embajadora Cultural de Carnaval junto a la actual reina Camila Errobidart. La Promo 2020 también se sumó al Carnaval con su triple apuesta de comparsa, ensamble de percusión y la carroza en busca de un premio que alivie el tan esperado viaje a Bariloche a fines de este año. El cierre de nivel lo dio Daii Yara con su banda en vivo y todo el ritmo de la comparsa olavarriense que una vez más lucía la sensualidad de sus bailarinas y bailarines que recibieron el cálido aplauso de los lapridenses. Laprida es Carnaval, así se sintió y se vivió como tal.