Entrevista a Juanjo Kaufmann El artista pintó un mural en La Madrid y contó cómo desarrolló la técnica. Su trabajo es admirado por muchas personas. Los puntos a favor y los negativos de pintar al aire libre.
"Estoy disfrutando de pintar, estoy descansando", insiste el artista lamatritense mientras observa su creación.
"La técnica cambia porque hay otra mirada. En un formato pequeño, en perspectiva estás pensando en el que lo va a ver, desde dónde; en un mural cambia el punto de vista y la escala por eso hay que sintetizar un poco para generar el efecto desde lejos. Se tiene que pensar mirándolo a una distancia de 5 o 10 metros", explica sobre las diferencias entre pintar en papel y en una pared.
"Más que pulso es práctica. Es más fácil pintar porque se toma distancia y el punto de vista es distinto", contó sobre la técnica y la utilización de un palo al que le adhirió un pincel.
"Hacer detalles como los hago en un formato pequeño no tendría sentido porque no se apreciarían. No soy muy sintético así que estoy aprendiendo a trabajar en este tamaño", agrega.
Juanjo Kaufmann utiliza un palo que en la punta adhiere un pincel. "Es cuestión de práctica", responde cuando se le consulta sobre la dificultad que representa la técnica. "En realidad es más fácil porque tenés otro punto de vista", suma.
"Estoy descubriendo la obra en el mismo momento en que la voy haciendo porque no tengo mucha experiencia en pintar en pared, pero es lindo: es una superficie y una pintura que no conozco… está buenísimo porque a medida que vas trabajando vas descubriendo cosas que el papel no tiene, como la porosidad o las imperfecciones. Cada material tiene sus cosas positivas y sus contras pero me encanta, así que me parece que voy a seguir haciendo algunas cosas en esta escala", menciona.
"Tiene otro acceso a la gente. Cuando pasan y lo miran tenés otro contacto que cuando estás en el taller no sucede. Está buenísimo que la gente se acerque porque quiere decir que les generás algo, sería feo que pase desapercibido", confiesa sobre cómo es la relación con el público.
Al quedar expuesto en la pared existe la posibilidad de que el mural sea intervenido por otras personas, que lo pinten.
"Siempre está la posibilidad de que lo arruinen pero es parte de esto cuando elegís pintar una pared. Son cosas que pueden pasar. Pero a la vez está buena la idea de que la gente pase y lo pueda mirar libremente y que no tenga que ir a un museo o un lugar privado para ver arte porque hay un contacto directo, está buenísimo", concluyó Juanjo Kaufmann.