LAMADRID

"El Arriero ya se insertó en la comunidad de General La Madrid"

El grupo de equinoterapia estuvo de festejo El sábado se realizó una reunión con los jinetes-pacientes y sus familias para conmemorar el noveno aniversario de El Arriero.

El sábado último, los arrieros festejaron su noveno aniversario. El grupo de equinoterapia El Arriero de La Madrid conmemoró un nuevo año de vida, de trabajo y dedicación. Por ello celebraron como corresponde: con los pacientes, las familias y los integrantes de la ONG que semana a semana realizan un esfuerzo para ayudar y celebrar la vida.

El buffet de la Sociedad Rural se vistió de gala para recibir a los integrantes de El Arriero que dieron rienda suelta a la alegría.

Entre tortas, chocolateada, mates, música y juegos celebraron el aniversario de su creación. Por esas paradojas de la vida, al igual que en su inauguración, el frío fue protagonista, también la lluvia. Igualmente los arrieros se la arreglaron para divertirse y pasar una tarde distinta.

"Me cuesta creer que llegamos a tanto", comenzó diciendo Mimí García, una de las impulsoras del proyecto.

"Cuando empezamos penábamos que siendo ad honórem no iba a funcionar porque la gente se cansa, por el compromiso y por el trabajo, pero pasaron muchos años muy rápido. Si los pongo en la balanza son cosas más positivas que negativas", resume una de las que más experiencia tiene en el grupo.

"Cuando empezamos teníamos ambiciones de conseguir un lugar propio, por suerte en todo este tiempo la Sociedad Rural nos cedió un espacio gratuito y ya es como nuestro... Soñábamos con tener un picadero, pero ahora ya está, no nos preocupa porque estamos trabajando bien, cumplimos todas las metas que teníamos", apunta García.

"Los chicos y las familias se acercan en forma espontánea. Hay mucho mayor compromiso de la Escuela Especial y hoy vienen las maestras y la terapista a acompañar a los alumnos; hay médicos que mandan sus pacientes", enumera, y remarca la suma constante de colaboradores.

"El Arriero ya se insertó en la comunidad; la gente lo conoce y aquel que no conocía del trabajo, cuando lo ve, queda gratificado. La sociedad tiene en cuenta el trabajo de la institución, lo que hacemos por los chicos y no tanto para lo que sirve y lo valiosa que es esta terapia para los jinetes-pacientes", indica.

"Tengo el deseo de que esto continúe. Con gente nueva, con gente que se sume y que no se termine... ya muchos estamos un poco cansados, pero por eso estamos formando gente nueva. En estos nueve años me queda la satisfacción de haber cumplido el sueño de aquellos como Nacho (Erenchun), Nati (Milo) y Mariana (Figallo) que hicieron el esfuerzo para que persista en el tiempo", concluye Mimí García.

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