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Gerardo Ameri: "Yendo en la semana a la cancha estoy hecho, porque es un cable a tierra"

Footgolf

El pasado fin de semana, en el Villa Nueva Golf Club se disputó la cuarta fecha del Tour de Buenos Aires de Footgolf y Gerardo Ameri tuvo una jornada impecable, quedándose con la clasificación general, superando a más de 130 competidores, entre ellos a otros dos representantes de General La Madrid: Gastón Zurita y Gustavo Rivarola.

Más allá de que fue un día que no olvidará porque "fue una tarde soñada", según él mismo sintetiza, detrás se esconde una historia de sacrificio y superación.

Sobre lo que fue la presentación en el Tigre, Ameri repasa: "había andado bien pero me hicieron una broma y no sabía que había ganado. Cuando anunciaron mi nombre me emocioné, estaba muy contento porque fue un día perfecto".

"En cada torneo soy muy positivo, por más que me equivoque siempre trato de pensar lo mejor. Yo arranqué en el hoyo 9 y en el primer tiro la dejé muy cerca; prácticamente habíamos llegado sobre la hora a la inscripción y no habíamos tenido oportunidad de caminar la cancha que era muy linda. Hice muy buenas vueltas y ahí comencé a trabajar con la cabeza tratando de no arriesgar de más. Fue un torneo muy lindo y positivo", cuenta.

Detrás del green

Gerardo Ameri como muchos en La Madrid se crió entre tardes soñolientas y el fútbol. Se formó en Racing y estuvo a punto de alcanzar el fútbol profesional: pasó por Vélez, por Gimnasia de Jujuy y Almagro. Hoy prefiere el footgolf.

"En el footgolf tomás constantemente decisiones. El secreto está en analizar cada situación y decidir y no fallar. A veces te lo reprochás pero es parte del juego; a medida que vas jugando y los compañeros influyen porque en este deporte siempre está la palabra de ánimo, hay mucho respeto y es lo más lindo", recalca.

"Este es un deporte que me atrapó. Tenés la posibilidad de viajar, de compartir con amigos y con la familia; el ambiente es muy lindo y tenés conocés lugares que no te imaginás", menciona Ameri.

"Cuando tenía 15 años lo único que existía era el fútbol para mí. Hoy soy más grande y más allá de las responsabilidades al footgolf no lo cambio por nada", indica.

"Tenía 18 años y al principio me quedó el sabor amargo porque estaba para firmar contrato con Almagro. Me costó mucho cuando me volví porque por el fútbol no estudié y no quería seguir intentando… el primer tiempo me costó pero al pueblo no lo cambio por nada: formé una familia, el pueblo para vivir y criar los nenes no lo cambio por nada", rememora sobre su vida ligada al deporte.

El fútbol y el footgolf son mundos parecidos y diferentes. "No soy de obsesionarme, a veces miro algún video. Pero yendo en la semana dos veces a la cancha y algún fin de semana ir a jugar un torneo estoy hecho porque es un cable a tierra, te conectás con la naturaleza y con vos mismo. Me encanta y me hace bien", termina Gerardo Ameri.

Los secretos

"Un terreno en buen estado es fundamental. Acá nosotros tenemos una muy linda cancha pero por las características del suelo y el clima salta mucho la pelota, en las canchas del Tour tienen mucho pasto y parecen una alfombra… vos dominás la pelota", cuenta Gerardo Ameri sobre las diferencias entre los distintos terrenos de juego que le ha tocado visitar.

Una de las reglas del footgolf permite desinflar o inflar la pelota entre hoyo y hoyo. "Cada uno tiene su pelota y la infla según su gusto, eso te da un mayor control", explica.

"El momento más tensionante es la definición. En el primer tiro tenés un margen importante para patear, más allá de los obstáculos. Pero cuando te vas acercando al hoyo hay más presión por eso hay que tomarse el tiempo, respirar, estar tranquilo y tenerte confianza", detalla.

La manera de golpear la pelota es una característica propia de cada jugador. "Hasta hace poco, cuando tenía que definir cerca del hoyo, le pegaba con la parte interna del pie pero ahora cambié y le pego con la punta, me da otra seguridad", explica y hace el gesto técnico con sus manos. "En el fútbol jamás se le pega de puntín pero en el footgolf muchos lo hacen y después de practicarlo me terminó dando confianza y resultado… ahora van todas de puntín", dice mientras ríe.

"No tenemos entrenamientos específicos. Nos juntamos y vamos a la cancha dos o tres veces a la semana porque mucho más no podemos por cuestiones laborales. El secreto del juego es la definición", concluye.

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