LAMADRID

La Copa La Madrid se despidió con un emotivo empate

Fútbol

Ayer terminó la Copa La Madrid, y aunque el Deportivo Barracas e Ingeniero Jorge Newbery jugaban sólo para completar el cronograma, los protagonistas se brindaron para brindar un emotivo espectáculo, que terminó igualado 3 a 3. Racing ya se había quedado con el certamen en Primera y, teniendo jornada libre, también se coronó en Reserva (Ver Recuadro)

Cuando apenas iban 2 minutos de partido, el Lobo abrió el marcador a través de Yonathan Rentería; el volante fue a disputar una pelota dividida con un defensor albirrojo y de allí partió un pelotazo alto que burló a Gastón Fernández y terminó dentro del arco.

Instantes más tarde el árbitro Roige observó una falta dentro del área de Ingeniero y marcó el punto penal. Franco González podría haber puesto el 2 a 0 para el local pero desvió el remate.

Durante todo el primer tiempo el conjunto albiazul continuó siendo mucho más que su rival: dominando el balón aprovechaba los desacoples defensivos del visitante que sólo atinaba a enviar remates largos para que Julio Billani quedara mano a mano con los defensores barraquistas. Fue en una de esas intentonas -a los 37´- que el equipo del Parque llegó a la igualdad; Guillermo Zanga se coló entre los centrales y cuando el arquero salió a cortarlo puso la punta del botín para quedar solo frente a la meta.

Si el 1 a 1 era una sorpresa, más lo fue cuando el partido transitaba el minuto 41. Esta vez el que envió el centro fue Franco (de los mejor en IJN) y Julio Billani tomó la pelota de aire; el delantero convirtió un verdadero golazo.

Y cuando la primera mitad se despedía, Barracas armó un contraataque muy veloz y preciso. Irigaray escaló por la derecha y mandó un centro bajo para que Agustín Marconi no tuviera problemas para definir y volver a emparejar las acciones.

Ya en el complemento el local se fue de nuevo arriba. Otra vez aprovechó las inconsistencias defensivas de Ingeniero y Marconi habilitó a Nazareno Enriques que sacó un tiro rastrero. El 3-2 era merito propio de Barracas porque sabía cómo descifrar y explotar los yerros de su contrincante.

Pero dos minutos después el mejor jugador de la cancha Julio Billani se ganó los aplausos de propios y extraños. El atacante albirrojo emuló al "Burrito" Ortega y cuando le llegaba la pelota la cacheteó casi con displicencia, la "N° 5" tomó vida propia y se fue alejando de su amo -y también de Flocco que no pudo hacer otra cosa que mirar y maravillarse-, mansa cayó en el fondo de la red; muchos se preguntaron qué había pasado, Juli le sacaba lustre al botín y cerraba un obra pura de fantasía.

De allí y hasta el pitazo definitivo todo fue lucha y confusión. Los dos equipos intentaron pero ya no pudieron mover el marcador. El 3 a 3 fue un resultado justo.

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