FUTBOL. Matías Abelairas pasó por Olavarría y jugó el partido solidario en El Fortín El zurdo surgido de las inferiores de El Fortín hizo un repaso por su trayectoria, reveló que su continuidad pasa lejos de Mendoza, donde está en conflicto con el DT de Independiente Rivadavia, y anticipó sus planes para el día después.
Entre el niño que ingresaba como mascota del equipo de El Fortín que jugó su primer campeonato Regional en 1993 y Bruno la diferencia es de apenas un par de años. Aquel niño hoy es un hombre, que está en la parte de final de su carrera futbolística, y como cada fin de año se dio el gusto de disfrutar de una pelota en la misma cancha, y de la mano de su hijo.
Matías Abelairas regresó a Olavarría en las fiestas después de pasar un semestre desagradable en Independiente Rivadavia de Mendoza, relegado por el entrenador Gabriel Gómez (ex Defensores de Belgrano de Villa Ramallo) a entrenar con los pibes del equipo que juega en la Liga Mendocina.
Por eso el plan primario para el inicio de 2019 es abandonar Cuyo y recalar en un club en el ascenso metropolitano. "Me gustaría dejar Mendoza -confesó- y buscar otros horizontes. Lamentablemente tuve un inconveniente con el técnico, cuando en 15 años de carrera nunca me había pasado nada. Y me viene a tocar ahora".
"Los jugadores de fútbol estamos expuestos a esto. Todos tenemos nuestro carácter, todos en algún momento no nos levantamos bien, y hay técnicos que también tienen su carácter. Hay diferencias y se tienen que pagar así, porque se mezclan las cosas personales con las futbolísticas. Fue un semestre muy duro, y no pude jugar. Ojalá que en este 2019 pueda encontrar un buen club, recuperar el ritmo y el nivel que yo sé que puedo tener" acotar.
Mientras Bruno Abelairas con sus 4 años miraba con curiosidad todo lo que acontecía en su entorno dentro del "Ricardo Sánchez", Matías contó que el pequeño aún no ha tomado dimensión de la trayectoria de su papá en uno de los gigantes del fútbol argentino. Sí que es hincha de River, sí que tiene cuatro o cinco camisetas con la banda roja regaladas por su padre y por su abuelo.
"Trato como padre de darle todo, y de ser un buen padre, una buena persona. Espero que él vea eso y no al que salió campeón con la camiseta de River. Si más adelante lo ve y se enorgullece de lo que hizo el padre, bienvenido sea" confesó Matías.
De pronto, su carrera atravesó la charla con la velocidad de un rayo, desde aquel título ganado en el Mundialito de Roca de 1998, este enero hace exactamente 21 años. "El tiempo se pasó volando. Volver a esta cancha me genera muchos recuerdos, muchas satisfacciones. Estoy entrando en el final de mi carrera, en mis últimos años, y si bien me siento pleno en lo físico, el futbolista tiene una vida útil. Voy a disfrutar de estos años y trataré de terminar bien una linda carrera".
"Me fui de Olavarría con muchos sueños, a un club gigante, del que era hincha, pero jamás hubiese imaginado que el fútbol me iba a dar un título con la camiseta de River. Año tras año fui creciendo, se fueron dando las cosas. Me tocó debutar a los 18 años y el debut fue cumplir un sueño, pero traté de no quedarme con eso. Fui por más y gracias a Dios estoy muy contento con la carrera que hice cuando analizo todas las cosas que pasaron hasta el día de hoy" acotó.
Ese balance que empezó en la escuelita de Villa Floresta con Silvio Ramírez y Marcelo Grigera, siguió en El Fortín con Raúl Moriones, lo vio como figura determinante en el River campeón del "Cholo" Simeone, tocó Vasco da Gama de Brasil, Puebla de México, otra vuelta olímpica en Chile -con la Unión Española-, Rumania, Chipre y un paso por Banfield. "Miro para atrás y siento satisfacción, pero estoy enfocado en terminar mi carrera bien. Si bien arrancó muy bien, quiero terminarla con buenas sensaciones, en un buen club y sintiéndome bien conmigo mismo. Esperemos que 2019 sea un buen año para mí" dijo.
Como Matías admitió, a su carrera futbolística le quedan muchos menos años de los que ya consumió dentro de una cancha, y el futuro aparece vinculado, pero con interrogantes. "Mucha gente me pregunta sobre el tema, y me cuesta dar una respuesta porque estoy todavía con el chip del jugador" afirmó.
"Ahora el objetivo es tener un final de carrera bueno, de calidad, y para más adelante hay algunas ideas, pero nada concreto, porque no lo tengo bien claro. Ser entrenador me gusta un poco, ser representante me gusta un poco; me gusta el periodismo, porque me gusta opinar. Creo que con el correr de estos años iré aclarando mi cabeza y veré que rumbo tomar" cerró.