FUTBOL. El Mellizo cerró un ciclo que duró 33 meses
"Prefiero evitar preguntas, quiero irme en paz, en algún momento nos volveremos a cruzar. Le quiero agradecer a la dirigencia, a los empleados del club, a los jugadores y al hincha fundamentalmente por cómo me trató estos tres años; fueron increíbles", manifestó Barros Schelotto en la conferencia de prensa que brindó junto con Angelici.
El "Mellizo", emocionado y con gesto adusto, expresó que se va de Boca "con tranquilidad" por el trabajo realizado y consideró que es "lo mejor" para el club luego de una reunión con Angelici. "Lo mejor para Boca es empezar el año haciendo un cambio, buscando un cuerpo técnico nuevo, para empezar de nuevo. No le digo adiós a Guillermo, es un hasta pronto porque es un ídolo del club como jugador y entrenador", manifestó el presidente.
Angelici agradeció a Barros Schelotto por los dos campeonatos locales obtenidos (2016-2017 y 2017-2018) y por haber disputado la final de la última edición de la Copa Libertadores que finalizó con triunfo para River, el rival eterno, por 5 a 3 en el resultado global.
"Asumí con mucho dolor, con mucha tristeza no haber podido lograr el objetivo de ganar la séptima copa. La comisión directiva, cuerpo técnico y jugadores, hicimos todo lo que estuvo al alcance para llegar a una instancia que en nuestro país no se valora. La final la gana uno y a veces creo que no estamos preparados que se puede perder y me incluyó", señaló Angelici.
La máxima autoridad de Boca calificó como "una gran desilusión" la derrota y en este contexto, Angelici aprovechó la ocasión para dar un mensaje a las personas que pusieron pasacalles y pintaron paredes pidiendo por su renuncia y les señaló: "Yo pongo la cara".
Asimismo, Angelici confirmó que no habló ni se reunió con ningún entrenador para definir al sucesor de Barros Schelotto. "Hasta ahora no hablé con nadie. Aparecerán muchos nombres, seguramente, pero sólo charlé con Guillermo.
Los entrenadores que aparecieron en carpeta son Antonio Mohamed y Miguel Ángel Russo, de paso en el club, como jugador y entrenador, respectivamente, pero sin el peso específico de ídolo como Barros Schelotto. En principio, el goleador histórico de Boca Martín Palermo quedó descartado por la dirigencia porque el plan está apuntado a entrenadores sin vínculo fuerte con el club.