LAPRIDA

Miguel Mateos ratificó su vigencia y su historia con el rock nacional

Para algunos fue tener en la mano o en el corazón aquel cassette de "Rockas Vivas" que fuera grabado en vivo en El Luna Park; para otros que se alejaban del recital en el final fue recordar el viaje en tren a Olavarría y aquel recital de Miguel Mateos en los 80 en Estudiantes, cuando amanecía la democracia y volvía a echar sus raíces el rock nacional.

La piel volvió a ser ella el domingo con un show majestuoso y ochentoso, con los brillos incorporados de la tecnología, que brindó este ícono del rock en español, que arrasó a horas de finalizar en las redes sociales, con devoluciones que reflejaron, no un poco, mucho de lo que había entregado.

En lo vocal se mantiene "inoxidable" y en lo musical su excelente banda no se ha dejado llevar por la improvisación y los arreglos, sonaron "limpios", y sus hits, aquellos que llegaron para quedarse en el sabor, siguen intactos y movilizan con la vigencia histórica del primer día.

Laprida fue punto final a su gira de recitales de "Solos en América" que atravesó desde Ushuaia, pasando por La Quiaca y hasta Chicago. Y fue este un condimento extra que tuvo el show.

En el primer tema, "Llámame", confundió en el estribillo La Madrid con Laprida y generó algún reclamo, pero con mucho de sobra en el escenario, rápidamente corrigió haciendo "Perdiendo el control", para sumar los primeros coros de la gente, sin faltar obvio "Bar Imperio".

Apoyado en fotos de sus antepasados, sus padres y su familia se dio lugar para la emoción, y entregó "ámame ahora, no mañana".

Al cantar "Lola" recordó la oscura historia de esta chica de 15 años abusada por su padre y que logra escapar. "Sea obispo, cura o lo que sea, el abuso sexual no tiene perdón", dijo colectando la ovación de la gente.

Después no se guardó nada y marcó la cancha con su postura contra el reggaeton. Abrió la caja y desplegó lo mejor con cortes como "Es tan fácil romper un corazón", "Solos en America" y "Un gato en la ciudad", que fueron pintando el tono nostálgico a la noche.

No faltó "Cuando seas grande" y en final volvió con un bis para dejar entre la niebla del domingo, "Obsesión" -en su opinión su hit más frívolo-, y toalla en mano y por el aire terminó con "Tirá para arriba", de marco apoteótico, esperado y sin decepcionar a nadie con un público muy arriba.

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