"La idea es hacer tangos viejos, instrumentales", resumen sobre el proyecto que poco a poco comienza a tomar su propio volumen, valga la redundancia.
"La idea es seguir creciendo, sumar algún bailarín, por eso estamos trabajando en un espectáculo que haremos en el Club La Madrid junto a otros tangueros de la zona", adelantan. En esa búsqueda, La Mistonga incorpora a su repertorio otros estilos como el tango con letra y otros géneros musicales: jazz, boleros, blues, milonga, vals y bossa-nova.
"En mi caso había hecho música popular y había acompañado a algunos músicos, pero nunca me había metido de lleno en el tango ni había hecho arreglos, y me interesa mucho", dice Marcelo Seoanne, responsable de la voz y una de las guitarras de la formación.
Matías Vidal acompaña con la restante guitarra. "Cada uno aporta lo suyo; trae temas e inquietudes y entre todos lo vamos trabajando. Al principio salían bien pelados pero ahora nos estamos metiendo más en los arreglos", dice.
La Mistonga tiene una formación clásica, con el agregado del bajo, a cargo de Nicolás Vitale. "No modifica casi nada, en realidad suma como un contrabajo. En los tríos de guitarra, el contrabajo siempre estuvo haciendo la base y siendo el sostén a los acordes; en las formaciones más chicas, la historia del bordoneo siempre está. Cada guitarra tiene un matiz distinto; si Marcelo está tocando en una parte media, Matías se va a los agudos y yo me voy a un registro grave. Puedo tener algunos pasajes melódicos que en lo tradicional no se usan tanto, pero yo me muevo bastante en el acompañamiento con un registro más grave", describe el joven músico.
"El tango tiene su propio lenguaje y dentro del estilo lo adaptamos a las dos guitarras; nos fijamos más que nada en los registros, conjugamos los altos y los medios. Estamos fijándonos más en los arreglos y no que salga tan crudo", suman Marcelo y Matías.
"El tango es complicado, con su propio lenguaje. Aunque pueden convivir las armonías, las estéticas son completamente diferentes a otros géneros y eso lo hace diferente y más rico", definen los artistas, y sostienen que "si no te lo apropias es muy difícil que suene con su esencia verdadera. Eso se logra escuchándolo bien y desmenuzándolo a través de verdaderos maestros. Nosotros apuntamos a apropiarnos y volcarnos en nuestro propio estilo".
El trabajo de La Mistonga tango trío es bien artesanal. En las propias palabras de los protagonistas es como "tener un esqueleto al que le ponemos la carne, la piel, los pelos y vamos armando la historia respetando las estructuras".
Para lograr elegir el repertorio parten "de partituras que aggiornamos porque son para piano; en otros casos los sacamos de oreja y otros que ya vienen con arreglos para una guitarra y luego entre los tres hacemos nuestro propio arreglo".
El secreto de presentar un buen arreglo para el tango "no sólo son las melodías y los acordes, sino lo que pasa entre eso; nos juntamos con amigos como "Tito" Desancio que es un maestro y que toca como hay que tocar", agregan. "Nos juntamos semanalmente, en cada rato libre. Somos ordenados por eso agarramos un tango y hasta que no lo terminamos no avanzamos en otro".
"El tango es bastante artesanal, tenés que ir de a poco hasta que sale. Tenés que ensayar e ir construyendo", sintetizan sobre el trabajo debajo de los escenarios.
En este tiempo, La Mistonga logró grabar un demo con cuatro temas. A la hora de elegir entre el disco y la presentación en vivo los músicos tienen su propia visión.
"El CD, por la prolijidad, suena como frío y desprovisto pero es un buen registro para no olvidarlo más. El vivo es completamente distinto, te mantiene activo; en estudio uno le pone toda la garra para acercarse a la perfección, te la posibilidad de pensar las cosas pero puede ser un arma de doble filo porque por ahí no avanzás si no le encontrás la vuelta", sostiene Matías Vidal.
"En el vivo te tenés que preparar de una manera distinta, hay nervios pero es más efímero", coinciden Marcelo Seoane y Nicolás Vitale.
Convivencia
"La Mistonga es un lindo proyecto, que nació hace un año. Hemos tocado en Laprida, en Claromecó y en La Madrid, y la idea es seguir adelante y aprendiendo", sintetizan sus integrantes.
"Es complejo mostrarse porque no tenés muchas fechas. Nosotros apuntamos a que la gente se siente a escuchar más que a bailar", indican.
-Al tango se lo maltrató, se lo explotó comercialmente y ahora…
-Históricamente sucedió eso, pero ahora hay una reconversión musical y comercial. Se lo vende de otra forma: la época de oro fue la orquesta porque no había posibilidades de poner un disco, luego llegó el tango for export para vender y después fue el abismo. Hay un resurgimiento, hay propuestas jóvenes como Gotan Project; hay voces nuevas, pero no compositores.
No hay un circuito comercial, sino que es más elitista, hay que ir a buscarlo pero no está en los medios masivos. Culturalmente estamos tan invadidos que se ha perdido. Tal vez un poco a propósito ha sucedido que han ido como borrando parte de un gen argentino y pasó a ser para afuera, y lo cambiaron por una música que es más fácil de digerir.
El tango tiene una riqueza armónica, melódica y lírica. Las cosas que dice el tango hoy no las dice nadie.
En las radios es como un deja vu porque pasa un tema y otro y otro que siempre dicen lo mismo, se vuelve tan repetitivo que el cerebro te queda destruido; el tango no es así. Se ha jugado a propósito destruyendo al tango, inclusive más que al folklore.
Es lo que se nos vendió: el tango de smoking y orquestas clásicas con múltiples instrumentos pero en realidad es música popular que se hacía en los patios de la casa.
Intentar, siempre intentar
Más allá de todo, los integrantes de La Mistonga creen en su proyecto y la potencialidad de su propio estilo para salir adelante. "La idea es hacer solo tango pero nos abrimos un poco y sumamos otros estilos. El músico tiene que estar tocando, en el ruedo", terminan.
: