FUTBOL LOCAL. Marcelo Schwab y Alfredo Leguizamón recordaron aquel histórico partido que se disputó en la cancha de Racing Los carboneros siempre fueron ganando, pero el triunfo fue del Bata por 3 a 2. En la memoria colectiva quedó grabado el segundo gol de Estudiantes, cuando la Pantera apareció por atrás de la Chela, le birló la pelota y anotó el empate.
No puede haber posibilidad de error. Desde 1926 (cuando se disputó el primer campeonato olavarriense) a la fecha, Estudiantes y Ferro jugaron muchos partidos históricos. El Bata fue el primer campeón y Ferro el primer multicampeón que tuvo el fútbol en el ombligo de la provincia de Buenos Aires.
Con poco margen para un desliz estadístico, un partido en estos 82 años no tuvo ni tendrá parangón entre las camisetas que desde este domingo definirán al representante olavarriense en el Torneo del Interior 2009. Aquel encuentro que jugaron el jueves 17 de noviembre de 1988 en el "José Buglione Martinese" tuvo de todo.
Lo empezó ganando Ferro, con un gol de Medina a los 5'' de primer tiempo; igualó Cocilovo para Estudiantes a los 5'' del segundo; entre el minuto 76 y el 78 llegó un gol de Orsatti para Ferro y otro de la "Pantera" Schwab para Estudiantes, y a 5 minutos del final Adalberto Aquilano le dio la victoria por 3 a 2 al Bata y el título del año.
Dos amigos casi hermanos en los bancos (Dady Pires en Estudiantes y César Arbío en Ferro); cancha llena; golpes tras el final entre algunos jugadores de Estudiantes que intentaban dar la vuelta olímpica y la barra brava de Ferro; y un episodio entre Roberto Orsatti y el árbitro Arnaldo Valeiras (que terminó con la suspensión por un año del volante sierrabayense) también formaron parte de un menú increíble.
Dentro de tanto hubo una jugada inolvidable, la del segundo empate de Estudiantes. Ferro trataba de empezar a manejar los tiempos con el 2 a 1, porque faltaban apenas 12 minutos para volver a consagrarse luego de dos décadas, cuando la pelota cayó en manos del arquero Alfredo Leguizamón contra la platea descubierta que da al arroyo Tapalqué.
Como en ese tiempo el reglamento se lo permitía, la "Chela" la puso en tierra y mientras caminaba con ella pegada al pie, Marcelo Schawb (que había salido de la cancha por una acción de juego) apareció a su espalda, se la sacó y definió con el arco vacío.
A la "Pantera" se la recuerdan como una anécdota más; para Leguizamón fue un segundo que cambió su carrera futbolística, que hoy le mencionan hasta los pibes de la escuelita porque algún tío o algún padre no resiste la asociación entre aquel blooper y el hoy entrenador de arqueros en Ferro.
Los dos actores de esta jugada se juntaron ayer y accedieron recordar esa noche a casi dos décadas, en la previa de una nueva final entre Ferro y Estudiantes. Dos tipos de los más queridos y respetados en del ambiente.
"Para mí fue una suerte; yo nunca pensé en hacer esa jugada. Me tiraron una pelota larga, la fue a buscar apareado con el ''Lechón'' De la Vega, y con un hombrazo me mandó afuera de la cancha. Yo me podría haber frenado y volver. No sé por qué se me dio por seguir corriendo; cuando largó la pelota ya estaba cerca de la ''Chela''. Fue una suerte para mí y una fatalidad para él", consideró Schwab.
"Prácticamente nadie se dio cuenta; la gente de Estudiantes tardó en gritar el gol, y al árbitro también lo tomó por sorpresa", acotó.
"Después de esa jugada no me acuerdo de nada. Con la amargura que tenía se me cayó el telón. Para mí ahí se terminó el partido y el tercero en condiciones normales lo hubiese sacado, pero dudamos con Rausín y lo aprovechó Aquilano", recordó Leguizamón.
"Yo no lo vi nunca a él. Apareció por atrás de mi hombro y cuando reaccioné estaba para hacer el gol. Recién habíamos metido el segundo y el ''Pulpo'' Delarroca (Oscar) me decía ''ahora manejá el partido vos''. Miré al árbitro y al línea porque yo estaba convencido de que me la había sacado de las manos... Fue una picardía de potrero y por desgracia a mí me pasó en una final", lamentó la "Chela".
Fue como un tatuaje imborrable para Leguizamón. "Justo a los dos días me casaba en Coronel Suárez... Yo estaba muy mal, y en medio de la fiesta apareció un tío de mi ex esposa y me dijo ''qué final perdiste el otro día''. No sabía si meterme en un pozo o pegarle una piña", mencionó.
Siempre le fue bien a la Pantera contra Ferro. Una tarde horrible, a fines de los años 70, en la cancha de El Fortín le hizo cuatro goles al "Negro" Alfonso.
"Ni yo podía creer que había sido gol, porque también dudé si era válido", admitió Schwab. "A mí me podría haber salvado Ricardo Mayoz, que era el línea... Ahora somos casi familiares, porque la hija de mi pareja anda de novia con Maxi, el hijo de Ricardo", contó el ex arquero.
Ese gol no sólo retorna en la vida de Alfredo. Cuando a Marcelo se lo mencionan la evocación le genera un sentimiento ambiguo, "porque yo sé cómo vive el fútbol el ''loco'', y es algo muy ingrato. Para mí significó ganar otro campeonato con la camiseta de Estudiantes. Me pongo en el lugar de Alfredo y no me cae muy bien".
"Después del partido todos los jugadores de Ferro nos fuimos a comer; yo no quería saber nada. Me convencieron y me llevaron. Cada vez que levantaba la cabeza había un compañero mirándome y yo pensaba ''¿qué estará pensando?: ''¡pobre tipo, mirá lo que le pasó!'', o ''¡éste que nos hizo perder un campeonato...!'' ".
"Todo fue especial. El año había sido muy discutido para mí, porque siempre se mencionaba que Ferro estaba por traer un arquero. Había andado bien. Siempre pienso que si en la última jugada de la segunda final no le hubiese sacado ese cabezazo desde el borde del área chica de Cocilovo, las finales se terminaban ahí y yo no hubiese pasado por todo lo que pasé", subrayó Leguizamón.
En la definición de la temporada 1988 hubo dos finales previas que terminaron igualadas 0 a 0, el 6 de noviembre en la cancha de Estudiantes (campeón de Mayor) y una semana más tarde en Ferro (ganador del "Clasificación"). Y Estudiantes llegó al primer título porque en la última fecha El Fortín no pudo ganar en la cancha de Loma Negra.
Dos décadas después sólo hay espacio para la anécdota. Pero ni con la herida recién abierta Leguizamón tuvo reproches para Schawb. "Qué le voy a decir, si ''Pantera'' es más bueno que el puré. A Marcelo le tocó quedar como el héroe de la película y yo fui el villano", explicó.
Porque desde su lado hay muchos más sentimientos para explicar, por Alfredo momentos ingresó en un monólogo: "Ahora les recalco a los chicos que atajan en inferiores que un arquero nunca debe perder la concentración; que se tienen que olvidar de si afuera están los padres, la novia, un amigo... No quiero hablarles de lo que me pasó en ese partido, pero ellos se encargan de recordármelo porque se los contó el papá o un tío".
Marcelo, que nunca volvió a una cancha desde que colgó los botines, no podrá hacerlo este domingo porque hoy viaja a Buenos Aires, pero prometió estar en la revancha. Y en la tribuna de enfrente estará Alfredo.
Como hace 20 años.