En Laprida, recientemente estuvo Néstor Serra, quien en 1950 comenzó a practicar un deporte desconocido en la Argentina y, tras realizar el curso de paracaidismo deportivo en la ciudad de Coronel Pringles, formó la primera brigada de paracaidismo lapridense.
En 1950, Serra comenzó a practicar un deporte desconocido en la Argentina y, realizando el curso de paracaidismo deportivo en la ciudad de Coronel Pringles, por esos años se convirtió en subinstructor en Laprida, donde formó la primera brigada de paracaidismo lapridense.
Luego de realiza unos 56 saltos en paracaídas en su carrera, Serra se radicó en Miramar. Después de 54 años y estando en Mar del Plata observó que realizaban saltos los buzos tácticos y con 80 años volvió a saltar y lo hizo en años subsiguientes hasta los 86 años, siendo poseedor del récord nacional de ser el único en el país en caída libre sobre playa.
Para Néstor Serra, el paracaidismo es su pasión y tiene muy presente que el avión sube hasta los 3.000 metros de altura, desde ahí salta y a los 1.500 metros abre su paracaídas, en una sensación que califica de inexplicable, como si fuera el primer salto de su historial.
Como una gran novedad para la década del 50, en el descanso del primer tiempo del partido que jugaban Lilán y Boca Juniors de Laprida realizó el salto al campo de juego, hecho que estaba prohibido y se convirtió en un hecho trascendente para Laprida.
Serra hilvana que el sábado previo a ese partido le avisaron que no podía saltar porque no había aviones, cuando ya por esos días el diario La Opinión daba cuenta anunciando tamaño acontecimiento. Tras realizarse diversas gestiones, aquel salto se pudo concretar merced a Angelito Arias, recordado y querido piloto local que puso a disposición su Piper para lograr el objetivo.
