Se subieron al escenario minutos después de las 21.30 del domingo para entregar todo su repertorio, donde estuvo lo nuevo y aquellas canciones como Brujería, Silencio -punto alto del show- y Campanas en la noche, que fueron los hits más representativos con los que se hicieron conocer.
Una banda musicalmente sustentable con 20 años de trayectoria y calidad, que llegó para el cierre de este festival con una receta infalible: "amar la música", resumía Federico Bugallo, el bajista de la banda, sin olvidarse del afecto que los une: "somos familia y compartimos nuestras familias, nuestra música, nuestra economía, todo...".
Para hacerse conocidos el "boca a boca y saliendo a tocar en la calle, a las playas" con una dosis importante de continuidad, fue la forma o herramienta empleada para abrirse caminos hace más de dos décadas.
Hoy disfrutan la apertura al rock nacional que están planteando algunos municipios, "cosa que antes no pasaba y que el rock tenga hoy su lugar no es mérito nuestro, sino de aquellos que nos antecedieron y hoy gozamos saludablemente de esto", remarcaron.
A la hora de grabar un disco reconocieron aciertos y errores con temas que tuvieron su impacto y otros con más expectativas previas no colmaron la preferencia, primero de los radiodifusores y por ende a la gente, aunque pusieron un asterisco a que a veces el éxito de un disco mantiene relación con los diferentes estados de ánimo y momentos sociales del país.