FUTBOL LOCAL. El campeón del "Apertura" ganó un partido clave en el "Ricardo Sánchez"
Entre un Estudiantes que ofensivamente es lo mejor de la plaza y que en defensa es aplicado para hacer poco notables sus limitaciones y El Fortín que se equivocó demasiado y desde el arranque pretendió hacerse sentir en cada pelota dividida (cosa poco probable por la característica de sus jugadores) en lugar de aprovechar sus virtudes. La victoria fue para el más inteligente.
Esa extraña forma de encarar el partido de El Fortín, jugando muy acelerado en la recuperación, muy fuerte en cada fricción, excediéndose en los reclamos, le terminó jugando en contra. En los últimos minutos del primer tiempo se quedó con dos jugadores menos: Maldonado llegó tarde y golpeó a Mauricio Peralta a 10 metros del área y sobre un costado, y Enzo Barrientos -teniendo la pelota- agredió con un codazo en el rostro a Bordaberry en mitad de cancha.
Hasta ahí, después de un cuarto de hora parejo y muy áspero, aunque con el bataraz llegando más claro, una pelota parada le abrió el camino a Estudiantes: centro desde la izquierda, anticipo de Peralta (a lo Hugo Romeo Guerra ante River, casi con la nuca), con arquero y defensa estáticos, y a cobrar.
Enseguida, en cuentagotas, apareció algo del manejo de Giunta, Bordaberry, la prolijidad de Diego González y los cambios de ritmo de Tessitore, y Estudiantes mostró grageas de lo mejor de su repertorio. ¿El Fortín? Combativo, nervioso y Cañete - dependiente para atacar.
A los 28 minutos una falta innecesaria contra Bordaberry cerca del área fue aprovechada por la pegada de Mauro Giunta. El chanfle preciso y potente por encima de la barrera entró pegado al poste derecho.
Todo siguió en la misma tónica. Estudiantes intentando jugar; El Fortín preso de su exceso de temperamento. No hubo líder adentro del campo que pegara cuatro gritos y acomodara a los pibes, y desde afuera no alcanzaron los pedidos de calma. Y así le fue: se quedó con dos menos antes del final del primer tiempo.
La sensación general era que Estudiantes tenía el partido a su merced. Siempre y cuando jugara al fútbol. Pero como se relajó, despreció ser agresivo y por momentos hizo "fulbito", le dio vida a El Fortín. Los de Seibel, sabiéndose inferiores, la lucharon con más inteligencia que cuando eran once y casi le pegan un susto.
Un instante del mejor Cañete le alcanzó para descontar. Diego se metió en el área, la marca resultó floja para su diagonal y su zurdazo al primer palo fue demasiado potente para el intento de Violante.
Cinco minutos después, un ataque de Estudiantes versión 2008 amplió de nuevo la ventaja: Tessitore tocó y fue a buscar, llegó al fondo, Mauricio Peralta le ganó a Negro y metió el tercero.
Quedó media etapa con cinco cambios incluidos, que apenas dejaron para apuntar un despeje de Galman sobre la línea.
El Fortín pagó muy caro su descontrol del primer tiempo. Eso ante un candidato, es peligroso. Estudiantes debió definirlo con más claridad. Con superioridad numérica, pelota y terreno, la ventaja pareció escasa. En otras circunstancias le pudo haber traído problemas su indecisión para poner nocaut al rival.