AUTOMOVILISMO

Guillermo Ortelli logró su séptimo cetro en el TC

AUTOMOVILISMO. El balance de la temporada "tuerca" en las categorías nacionales y la presencia internacional Cazadores y recolectores fueron necesarios para cada una de las consagraciones dentro del automovilismo autóctono.

No por prehistórica, estas actividades dejaron de ser efectivas para la especie humana. La caza y la recolección, baluartes de la subsistencia de la especie desde tiempos inmemoriales, fueron este año partícipes necesarias de cada una de las consagraciones dentro del automovilismo autóctono.

Fue la recolección la acción que le permitió a Guillermo Ortelli alcanzar su séptima corona dentro del Turismo Carretera, categoría que culminó no exenta de polémicas en un año manchado con la suspensión de cuatro carreras al anterior campeón, Omar Martínez, por anomalías en su vehículo que hasta sembraron de dudas su conquista pasada.

Estuvo el "Guille" de Salto en el momento preciso y en el lugar indicado, con la sangre helada y la cabeza aún más fría, para recoger del asfalto el título que a Matías Rossi se le escurrió entre las manos en La Plata, a metros de la bandera a cuadros, tras un toque de Mariano Werner que quedará en la historia de la categoría y que le valió al entrerriano una dura sanción de un año, que ya apeló, a cumplir en 2017.

Ganó Ortelli durante el año menos carreras que sus dos principales rivales en el campeonato, pero la regularidad con su Chevrolet, la experiencia y su calidad, lo llevaron nuevamente a lo más alto.

Lanza en mano, como un cazador, fue Agustín Canapino en busca del título que más ansiaba por no poseerlo, el de Súper TC2000, y de recuperar el que cinco veces había sido suyo pero que había perdido en 2015, el de Top Race V6.

Con destreza, el arrecifeño capturó tres de las piezas más deseadas de la temporada de Súper TC 2000 como los "200 kilómetros de Buenos Aires" en el Gálvez porteño, precisamente junto a Ortelli, y las dos carreras en el callejero de Santa Fe, y sumó a su foja la conquista que tanto añoró.

Le dio así a Chevrolet el primero de los tres títulos de 2016, y más tarde, aún con un hambre voraz, sacó chapa de piloto y ser humano completo, y acopió su sexto cetro en Top Race, en otra de las definiciones calientes de la temporada.

Mariano Altuna festejó en primeras instancia tras una embestida agónica contra Canapino. Pero el arrecifeño, en Salta, dejó a un lado los elementos de caza y se dedicó a recolectar. Fue así que el "Titán" de Arrecifes esperó que los comisarios tildaran de ilegal la maniobra del "Monito" y luego atesoró una nueva conquista en el automovilismo nacional.

Con un margen mucho mayor se consagraron Emanuel Moriatis en la Clase 3 de Turismo Nacional y Marcos Ligato en el Rally Argentino. El "Mago" de Lanús prevaleció con comodidad con su Focus sobre un Leonel Pernía que fue de mayor a menor en el torneo, y se alzó con su objetivo con una fecha de anticipación.

Lo propio hizo Ligato, con un Agile de rendimiento superlativo que le permitió capturar su tercera corona consecutiva y la cuarta de su carrera, también con una fecha de antelación, y hacer estériles los intentos de Federico Villagra y Alejandro Cancio por descolgarle el cartel de hábil cazador de títulos.

En el plano internacional, lo destacado resultó la tercera corona de José María López en el Campeonato Mundial de Autos de Turismo (WTCC). Fue la última conquista en esa categoría para el cordobés, viejo zorro montero, que volvió a los monoplazas aunque ahora para innovar en los futuristas vehículos eléctricos de la Fórmula E, con los que llegará a Argentina en febrero próximo.

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