Cientos de personas se plagaron a la convocatoria. Reclamaron al Estado protección y leyes "que realmente apoyen a las víctimas". Se realizó una marcha por la ciudad.
Más de 300 personas se concentraron en la plaza San Martín. El color negro fue el elegido por los participantes que contaba principalmente a mujeres pero también hombres.
Jóvenes, adultos, vecinos, familiares de personas asesinadas, funcionarios del gobierno municipal actual y del anterior, y oficiales de la Comisaría de la Mujer y la Familia. Todos se unieron en el pedido.
"Este es un momento crudo y difícil. Repudiamos desde cualquier punto de vista todo lo que nos está pasando... Cuando matan a una matan a todas, cuando golpean a una nos golpean a todas", subrayaron los organizadores a través de una radio abierta, y pidieron "tomar conciencia y comprometerse para modificar las estructuras".
"Marchamos porque debemos hacer visibles a las que ya no están porque las mataron. Reclamamos justicia por sus familias y sus amigos", plantearon.
Advirtieron que "hay un vacío de políticas públicas que vuelve eterno el femicidio", reclamaron al Gobierno que "no mire para otro lado" y solicitaron "que la política no se termine en un 0800 y sean un apoyo real para las mujeres que son víctimas". "Hombres y mujeres debemos ir juntos, en la misma dirección", concluyeron.
Luego se leyeron mensajes y textos en los que se remarcó la problemática a la que quedan expuestas las mujeres en los distintos ámbitos sociales e institucionales. "No somos tontas ni ingenuas; estamos muy lúcidas. Estamos vivas y vivas nos queremos", fue el mensaje final.
Posteriormente la columna partió desde la plaza San Martín para recorrer parte de la ciudad y pasó por el Monte Lapplacette, donde se pintó un mural homenajeando a Anabel Aguirre, una adolescente asesinada en La Madrid hace más de 10 años.
