LAPRIDA

Michetti: "Queremos que el poder adquisitivo se mantenga o, en todo caso, que crezca"

ENTREVISTA. La Vicepresidenta de la Nación dialogó a solas con EL POPULAR La funcionaria nacional resaltó "la llegada de inversiones" tras el "mini-Davos". Su causa, la respuesta por escrito, el segundo semestre y la situación de las paritarias ante, según ella, la baja de la inflación: "Los líderes sindicales tendrán que ser muy serios y prudentes a la hora de evaluar realmente qué es lo que el sector necesita para la mantención del poder adquisitivo", dijo.

Alexis Grierson

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@alexisdechillar

Era, para los presentes, el regreso de la hija del pueblo. Laprida cumplía un nuevo aniversario, pero no era uno más: la vicepresidenta de la Nación, la lapridense Gabriela Michetti, estaba en la ciudad. Para ella, en un contexto especial: no sólo por la jornada festiva en la localidad, sino por vivir dos días intensos en materia política.

Tras despedir a un funcionario por insultos y agravios a la ex presidenta Cristina Kirchner, y la presentación de un descargo en la causa que se la imputa por el origen del dinero que le fue robado en su casa meses atrás, Michetti respondió a todas las consultas y admitió que la decisión de echar a Alvaro Zicarelli fue "dolorosa", al mismo tiempo que se mostró inocente por la causa.

A su vez, opinó sobre las paritarias, el "mini-Davos", la baja de la inflación e incluso, sobre la famosa "grieta", que según lo que expresó Michetti, "hay muchos dirigentes políticos de Cambiemos, del FpV, de otros partidos como la izquierda, el Frente Cívico, que han dado muestras de querer trabajar en conjunto y sostener la gobernabilidad del país".

Tras una intensa actividad en la vecina ciudad, tras el corte de torta junto al intendente Alfredo Fisher y de charlar con los vecinos -que uno a uno le pidieron una selfie o simplemente compartir un momento-, Michetti se tomó un buen rato, dentro del local partidario del Pro, para dialogar con EL POPULAR. "Tuve una semana muy difícil, estoy agotada", se anticipó.

-Mencionó que tuvo una semana difícil, y uno de los temas más importantes fue el denominado "Mini-Davos". ¿Qué balance puede realizar de este evento?

-Lo más importante son dos cosas: la primera es que es la primera vez en la Argentina que se hace un evento de semejante magnitud, donde tantos líderes empresariales y de negocios nacionales e internacionales se juntan en la Ciudad de Buenos Aires, en un lugar tan lindo como el Centro Cultural Kirchner. Lo otro es que no sólo fue un evento que en sí mismo fue positivo, sino que además generó resultados concretos en término de inversiones, de anuncios de varias empresas: PepsiCo está doblando su planta en Mar del Plata; Coca Cola también aumentará su producción de jugos en la zona de Tucumán, y va a plantar muchas zonas de frutales... porque en la zona de Florida, en Estados Unidos, tienen una peste, una problemática de las plantas que les afecta el 30% de la producción, y en el único lugar donde podrían hacer esa plantación es acá, en la zona de Tucumán, donde nosotros exportamos los mejores limones del mundo. Dow anunció la creación una planta de petroquímica en Bahía Blanca. Además esto pone a la Argentina en un lugar de atracción de laburo. Lo que nosotros queremos es combatir la pobreza. Para ello, las políticas sociales son un paliativo temporario. Las políticas sociales protegen, en todo caso capacitan, estimulan, ayudan a darle herramientas a la gente, pero no son suficientes. Sí lo es el trabajo. Tener muchos puestos de trabajo. Por eso le damos tanta importancia a la atracción de inversiones y queremos que el país sea confiable para la inversión nacional y extranjera. Tanto para las grandes empresas, como sobre todo para las medianas y pequeñas. Porque cada vez que viene una empresa grande a la Argentina, como Samsung (que invertirá 60 millones de dólares para la producción de heladeras), lo que termina pasando es que se reactiva toda la cadena de proveedores. Y son, por lo general, pequeñas y medianas empresas. Lo que sucede con una inversión de una gran empresa termina impactando en un montón de otras empresas que son las que dan más trabajo.

-También se habló y mucho de su imputación por lavado de dinero y financiamiento ilegal de la política...

-Lo bueno de esto, como dije en el momento que se produjo la denuncia, es que cuando las cosas dejan de estar en los medios, o mejor dicho pueden estar también en una sede judicial, me da mucha tranquilidad. Porque el juez empezó a actuar, pidió documentación, el fiscal también. Para mí eso es una buena señal y un buen síntoma. Como tengo una enorme tranquilidad con este tema, dado que la denuncia ni siquiera se sabe bien qué denuncia, una no sabe bien cómo defenderse, porque en teoría es el origen del dinero que me robaron, que yo misma denuncié. Bien, yo aclaré exactamente de dónde era todo ese dinero. Y además, pusimos todas las pruebas que demuestran eso. Tengo una enorme paz con el tema y ahora tendremos que esperar que el juez pueda leer, mirar todo y ver qué opina de eso. Si necesita otra cosa, estamos totalmente a disposición.

-Un concepto muy mencionado fue el famoso "segundo semestre". ¿Lo que faltaba eran las llegadas de inversiones? Si llegaron, ¿se inaugura el segunda semestre?

-Yo diría que en el segundo semestre lo que tenemos son los síntomas de que el camino es el correcto. Empieza a reactivarse la inversión. Y no sólo vamos notando que es concreta y tiene que ver con proyectos específicos, sino la de la mano de obra contratada por la obra pública. Que tenía sus procesos de licitaciones. Primero se hizo un ordenamiento de obras que no se habían terminado de pagar, deuda flotante, montones de cosas desordenadas, de sobreprecios que habían que hacer licitaciones de nuevo. Se ordenó, se licitó, y estamos en el primer paso de la contratación de trabajo por obra pública. En la provincia de Buenos Aires, en estos momentos, se están contratando 30.000 personas, es decir, 30.000 hogares que tienen un puesto de trabajo serio, formal, digno que además impacta sobre sus barrios. Obviamente, una familia que empieza a tener un ingreso distinto y comprar y consumir de otra manera. Entonces, empezó la obra pública, se reactiva la construcción, y con ellos otros sectores. Y además, la baja de la inflación, que es un síntoma muy importante, porque lo que queremos es que termine siendo de un dígito, en el año 4 de nuestro gobierno. Y estamos yendo a eso. La idea es que se mantenga entre 1 y 1,5% en los próximos meses, pero que siempre vaya a la baja. Eso nos cambia la vida. La inversión, generación de riqueza, el riesgo que asumen los empresarios, comerciantes, una persona que quiere generar servicios, un kiosco. Con la inflación controlada es otra economía. Yo creo que se están dando esos síntomas. Si podemos retomar -como creemos que lo vamos a hacer-, la conducción del tema de tarifas para que sea gradual como lo queremos proponer -más gradual de lo que lo habíamos hecho porque la Corte nos pidió eso y lo hacemos según lo que falló-; si podemos acomodar ese tema, creo que podemos tener una perspectiva de mayor previsibilidad en la Argentina, y ese crecimiento ya tiene sus síntomas ahora.

-Y con respecto a esto, ¿qué pasa con las paritarias? La inflación es más alta que algunos acuerdos y los sindicatos -sobre todo los docentes- exigen una reapertura inmediata...

-El tema de las paritarias es muy importante, porque lo que queremos es que el poder adquisitivo de la gente se mantenga o, en todo caso, crezca. El escenario de mínima es que se mantenga y el de máxima que siga creciendo. El problema que tenemos es que si no bajamos la inflación no tenemos esa posibilidad de previsibilidad para la generación de riqueza que queremos. Entonces, en este momento los líderes sindicales tendrán que ser muy serios y muy prudentes a la hora de evaluar realmente qué es lo que el sector necesita para estar con la mantención del poder adquisitivo. Definitivamente, si nosotros volvemos a tener una presión en el tema de la inflación -porque los salarios aumentan más de lo que estamos previendo que baje la inflación-, no nos sirve para la contracción de todas las variables que hacemos para que la economía funcione realmente. Entonces yo lo único que sé es que el gobierno lo que quiere es que haya más trabajo. Y a los sindicatos les conviene que haya más trabajo en la Argentina. Somos aliados en eso. Lo que tenemos que tratar de entender es que todos tendremos que poner el esfuerzo, el hombro, para que la Argentina tenga el año que viene un año de crecimiento, una inflación a la baja, inversiones que empiezan a tener más consistencia, una mano de obra que es mucho más importante y por la obra pública, que es un proyecto muy ambicioso, el más ambicioso de la historia argentina en los últimos tiempos. Si podemos controlar eso, y todo el mundo pone su seriedad y prudencia en la cancha, nos va a ir bien. Ahora si alguno pretende sacar un poquito más de ventaja porque hace más presión, más ruido, nos perjudicamos todos los argentinos.

-En Olavarría el intendente Ezequiel Galli despidió a un funcionario por imágenes violentas hacia ex presidentes. Lo mismo sucedió con usted, que despidió a un funcionario por un video donde insultó a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. ¿Qué sucedió?, ¿cree correcto el despido?

-La verdad es que fue doloroso. Obviamente cuando uno elige su equipo, por lo menos en mi caso, lo hago con mucha conciencia y Alvaro Zicarelli habla cuatro idiomas, es una persona superformada, tiene maestrías hechas afuera en todos temas internacionales de los que trabajaba, de ninguna manera era un ñoqui del Senado... es más, se lo puede comprobar perfectamente, viajó conmigo a Japón, que fue el viaje más importante que yo hice en búsqueda de inversiones, y fue por eso. Porque es una persona que trabaja todo el día y mucho. Ahora, yo no puedo, porque él sea un buen funcionario, trabaje bien y tenga una buena formación, aceptar que además tenga manifestaciones tan hostiles y agresivas no sólo con la ex Presidenta y su familia, sino con la República Popular China (dado que hubo otro video donde agredió al gobierno y su población). Ese no es mi estilo. Creo que el gobierno ha manifestado esta vocación de unir a los argentinos, de terminar con las hostilidades. No es lindo que un pueblo no esté unido, que se odien unos a otros. Con muchísimo dolor -porque tenía una buena impresión de lo que es Alvaro como funcionario-, reflejo que no se puede aceptar. Lamentablemente, porque a uno le duele, pero hay que ser contundente. Si no somos los primeros en dar el ejemplo, no podemos decir después que tenemos que unir a los argentinos, más si tenemos en los equipos gente que tiene una manifestación muy violenta en ese sentido.

-¿Cuánto cree que se necesita para unir a los argentinos? ¿Cómo observa esa famosa "grieta"?

-Es un trabajo que no tiene resultados inmediatos. Es a mediano plazo, como mínimo. Y parte del ejemplo, de la dirigencia. Hay muchos dirigentes políticos de Cambiemos, del FpV, de otros partidos como la izquierda, el Frente Cívico, que han dado muestras de querer trabajar en conjunto, de querer sostener la gobernabilidad del país, trabajar por la institucionalidad del país, poner a la Argentina de pie, que podamos traer inversiones y generar trabajo. Hay un grupo minoritario que no, que sigue con agresiones y hostilidades, pero eso se trabaja con el ejemplo diario. Hay que ser muy consistente, sistemático, darle continuidad a la manera de relacionarse con el otro. Si el otro es agresivo, uno no serlo. Es una permanente tarea y responsabilidad que tendremos que hacer durante un tiempo. ¿Eso quiere decir que todos vamos a pensar igual? No. De ninguna manera. Esto quiere decir que los argentinos, teniendo diferencias, incluso bien importantes en términos políticos, podemos poner esas diferencias como si fueran aportes a proyectos más ricos. No como problemas y conflictos de separación. Yo pienso de esta manera, vos pensás de ésa, pero vivimos en la misma República, entonces los dos tenemos que ganar algo, pero también vamos a perder algo los dos. Ese es el juego de la democracia, de los países que les va bien, de las instituciones, y se puede hacer. En el Senado, desde que empecé a conducirlo, he logrado eso. Y tengo 43 senadores del FpV y 16 de Cambiemos. Y sin embargo pudimos sacar las leyes de gobierno. Con modificaciones que se hicieron en la Cámara de Diputados, pero que sacaron leyes muy enriquecidas. Podemos hacer eso.

"Toda esa cosa de los cargos, acá no existe"

No es muy difícil notar que Gabriela Michetti es oriunda de Laprida. Cada manifestación pública -como el aniversario del Partido- es, a fin de cuentas, un reencuentro con amigos, conocidos y vecinos que se acercan para saludarla, para actualizarla con alguna novedad familiar, o simplemente de todo lo que sucede allí. Michetti se tomó todo el tiempo del mundo y, mientras cortaba la torta aniversario -junto con el intendente Alfredo Fisher y funcionarios de su gobierno-, se tomaba fotos y dialogaba con grandes y chicos. Incluso, se pudo escuchar al pasar anécdotas de su infancia y adolescencia en la localidad del interior de la Provincia.

También hubo un momento para contar sobre su vida, su otra parte en lo que bien se podría denominar su lugar en el mundo.

-Le tocó estar en Laprida en una fecha importante y en un lugar importante...

-Vengo a Laprida cada dos meses promedio, un fin de semana, pero lo que hago es estar con mis padres y aprovechar de ellos, me meto en casa y no salgo, porque prácticamente es lo que quiero hacer. Esta vez el motivo era otro, era estar en el festejo del pueblo, y además con la alegría de poder volver a Laprida con un cargo que me va a permitir ayudar en algunas cosas al pueblo. Hace 14 años que estoy en la política, pero los cargos que tuve de legisladora nacional no me generaban la posibilidad de tener recursos o instrumentos/herramientas para poder ayudar en algunas cosas a mi pueblo, que tanto quiero. Así que es una emoción muy especial... poder venir el día del cumpleaños, poder hablar con la gente, que tienen las responsabilidades en temas de educación y de salud, estuve con directoras de colegios, el Instituto de Formación Docente, nos juntamos como 40 personas y conversamos un montón. Fui al Hospital, vi a todo el equipo de salud y a la cooperadora, que además es un lugar muy especial para mí porque mi papá fue director, un hacedor de la Asociación de Voluntarios, de todas las cosas lindas que pasan hoy, que continúan. Así que todo muy emocionante.

-¿Cómo es volver a Laprida?

-Volver de esta manera, entrar al Colegio Nacional donde estudié, a la iglesia donde me formé, teníamos un padre, el padre Rocca, que fue un sacerdote que nos formó a muchas personas del pueblo de esa época. Al hospital donde mi papá generó todo ese cambio, esa perspectiva de un hospital moderno y andar por las calles, ver a la gente... obviamente es una emoción permanente y un recordar imágenes, e imágenes, de mi infancia y adolescencia. Estuve acá hasta los 17 años, que es la época en la que uno le queda grabada a fuego. Para mí es muy emocionante y hoy ha sido un día tremendo, de mucho estrés lindo. Todo el mundo tuvo buena recepción, mucho afecto, cariño, así que es relindo. Cuando vengo, me pasa que vuelvo a ser la Gabriela de 17 años, toda esta cosa de los cargos acá no existe. Ya de por sí soy bastante natural con estos cargos, así que acá mucho más...

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