BASQUETBOL. La Argentina de cara a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 El equipo que dirige técnicamente Sergio Santos Hernández debutará en tierras cariocas el próximo domingo a las 22.30 frente a Nigeria. Luego deberá enfrentar sucesivamente en el marco del Grupo "B" a Croacia, Lituania, Brasil y España.
El hecho que prácticamente haya ganado todos sus amistosos preparatorios, en Buenos Aires como en Córdoba, puede enseguida retrotraernos al 2004 y pensar que es natural el triunfo sobre las potencias mundiales de hoy.
Para el común de la gente, quizá la más propensa a confundirse con esto, hemos de decirle que es muy auspicioso el trabajo del equipo en la previa, pero que no va a ser lo mismo en tierras cariocas, por los porotos y con los jueces no tan permisivos para el local.
Ni Serbia, ni Francia e incluso Lituania pusieron toda la carne al asador en estos torneos, cosa que sí hizo la Argentina, por razones lógicas: brindarse a su público, despedir a los emblemas de la Generación Dorada y tácticamente tratar de encontrar un equipo más largo que el de sus figuras, sin lo cual sería suicida afrontar los Juegos Olímpicos.
La lesión del serbio Milos Teodosic en su mano encendió el alerta para todos que lo más importante arranca el 5 de agosto. La Argentina no es un equipazo, ni un violín jugando, es un equipo fuerte al que todos van a respetar, con figuras que inspiran temor, pero que no son los de diez años atrás y eso es lógico. El equipo jugó al límite en defensa y hay que ver hasta dónde se lo permiten en Brasil.
Tiene sus virtudes en el aplomo de Emanuel Ginobili y Luis Scola, en la fuerza de Andrés Nocioni y su contagio y en la increíble recuperación de Carlos Delfino, que lo hace un temible tirador que seguramente estará mucho más custodiado de lo que vimos por acá.
La base está balanceada con un revulsivo Facundo Campazzo en un momento brillante de su carrera y un pensante Nicolás Laprovittola, lo cual cubre las necesidades de los momentos del juego. Las debilidades están bajo las tablas, con un equipo bajo a nivel mundial y el desgaste de Luis Scola y Andrés Nocioni fajándose con los gigantes europeos, que pueden ir dañando la capacidad física del equipo.
Marcos Delía sigue sufriendo cuando le tiran los kilos encima los grandotes rivales y Roberto Acuña está verde a nivel internacional para darle muchas responsabilidades. El desafío es que se haga un equipo largo para regular energías y que descansen las figuras, caso contrario podemos sufrir como en el Mundial de España, donde hubo que poner todo en la clasificación y el equipo llegó golpeado a los cruces y pereció ante Brasil.
En definitiva, una Zona complicada, donde se puede clasificar o quedar afuera de la segunda fase. Y a nadie debe sorprenderle ambas cosas. Se le puede ganar a todos, pero también perder con todos. Se dependerá de la energía, la precisión, la inteligencia, la buena táctica y la mala tarea del rival. Que así sea.