LAMADRID

"Cuando te dicen ‘viejo’ con cariño, acerca"

Entrevista a Jorge Capozzolo El presidente del Centro de Jubilados y Pensionados habló sobre la realidad de la institución y de los adultos mayores lamatritenses.

Hace poco menos de un mes, Jorge Capozzolo asumió como presidente del Centro de Jubilados y Pensionados. "Acomodándose" al cargo, recibió a EL POPULAR para hablar sobre la realidad de la institución y de los adultos mayores de General La Madrid, cómo piensan y cómo viven en una sociedad que aún conserva los rasgos de un pueblo.

"Yo estaba colaborando con el Centro y Marta (Diez) me hizo la propuesta, la cual acepté porque es continuar un trabajo que se venía haciendo muy bien y ordenadamente", señala Capozzolo sobre su nombramiento.

El nuevo presidente de la institución recalca la labor incansable que han llevado adelante las distintas comisiones y asegura que en el año que le tocará ocupar el cargo "la idea es seguir igual". Vale aclarar que Jorge Capozzolo y la nueva Comisión Directiva completarán el período que debía concluir la recordada "Negrita" Legarreta de Ponce.

"En el Centro te enseñan sin abochornarte. Cuando uno viene ‘crudo’ a una institución que está reglamentada, a veces cuesta un poco, pero la gente que está trabajando acá te facilita las cosas y todo está muy claro", repite.

A la hora de los proyectos y trabajos a plantearse, Capozzolo dice que son "muchos", pero prefiere ir con cautela.

En principio, las autoridades del Centro de Jubilados y Pensionados sueñan con poder cerrar la galería que conforma el patio abierto, entre los dos salones. Respecto a las actividades diarias, está asegurada la continuidad de los encuentros semanales de cartas y las tertulias danzantes.

Otro gran proyecto tiene que ver con la idea de "embanderar La Madrid". Para ello se han confeccionado símbolos patrios y las autoridades las están ofreciendo al público a un valor de 25 pesos. Los interesados pueden pasar de lunes a viernes, de 9 a 12, por la sede (Belgrano Nº 723).

"Participar de la vida"

En muchas ocasiones se habla de la realidad de los adultos mayores, pero tal vez no se alcanza a dimensionar lo que ellos sienten sobre su propio quehacer. "Cuando la gente se presta y no se rinde; cuando los años no cuentan y el viejo, que no es aquel que hace mucho que nació, sino aquel que le afanaron la alegría y no tiene inserción, no cuenta la edad calendario", sostiene Jorge Capozzolo. "A mí me gusta que me digan ‘viejo’; cuando se dice con cariño, acerca", agrega.

"Cuando somos grandes tenemos que entender que seguimos compartiendo y perteneciendo a una familia, pero que la etapa de imponer y educar pasó. El que tiene la dicha de ser abuelo encuentra ese lugar en sus nietos, porque no pudo hacerlo cuando era más joven y tenía que trabajar", reflexiona.

"A mí me hubiese gustado tener un abuelo para ir a la plaza o que me diera un caramelo a escondidas cuando mi mamá no quería... esa complicidad que tienen con los chicos es diferente", sintetiza sobre la vida del adulto.

"La diferencia entre un adulto y un joven es que el viejo hace planes para el inmediato y el otro piensa en lo que sucederá en veinte años, nada más. Hay que aferrarse a la alegría de todos los días y pensar qué se puede hacer. Si una persona se junta con otras que son positivas, como ocurre en el Centro, es increíble la alegría que tienen", menciona.

"El que no viene con regularidad al Centro tal vez no sospecha la integración y la alegría con la que se vive. Las mujeres se preparan desde temprano para venir a la tertulia y conseguir una mesa; se ríen de ellas, entre ellas... participan de la vida", indica Capozzolo.

"En el Centro no hay competencia; la única es cuando se orejea una baraja, pero se ríen y la pasan bien", sostiene.

"Mi generación les tiene que pedir perdón a los jóvenes porque por ahí no se metió en las cosas que debía y nos fuimos devaluando como sociedad. Todos necesitamos del otro, tiene que haber acercamiento y no una barrera generacional que nos separe, porque todos pisamos la misma historia", analiza.

"En otra partes del mundo al viejo te lo lustran, porque es la experiencia y la sabiduría", recapacita Jorge.

"En La Madrid tenemos una hermosa comunidad; cuando uno entra a lugares como éste, para uno que no nació acá, y se suma a la idiosincrasia, se da cuenta de que no es muy difícil", exterioriza.

"Lo más difícil para el viejo es el viejo, porque el joven tiene muchas cosas por aprender. Por eso hay que ponerse junto a ellos, no pararse y con el dedo levantado señalarles los errores y decirles cómo tienen que vivir, porque ahí se arma la brecha generacional. Pero si aprendemos entre todos y nos aceptamos somos todos iguales", concluye Jorge Capozzolo.

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