LAMADRID

Salud y prejuicio: con nuevas miradas, se trata de favorecer el uso medicinal de la marihuana

Gastón Barreto, investigador de la Facultad de Ingeniería, se refirió a la seriedad con que se encara el tema En General La Madrid se innova en busca de aportar mejoras al tratamiento de varias patologías. El apoyo médico y político es importante. El profesional se involucró debido a la posibilidad de proporcionar soluciones desde la ciencia.

Cada vez se populariza más la discusión acerca de los usos medicinales de la marihuana. Pero surgen muchas dificultades y resistencias para su uso clínico debido al énfasis puesto durante el último siglo en demonizarla como una droga. Poco tiempo atrás, desde la ciudad de La Madrid se impulsó un proyecto integral elevado a la Cámara de Diputados para realizar y monitorear tratamientos de este tipo en beneficio de pacientes oncológicos o que sufren convulsiones epilépticas, entre otras aplicaciones.

En este momento, el debate pasa por amplificar las virtudes y potenciar los beneficios del cannabis para la salud. Por ese motivo, se han realizado durante 2016 dos seminarios en Mar Azul y en La Madrid, con singular éxito, resaltaron los organizadores de los eventos. Gastón Barreto es un docente de la Facultad de Ingeniería de Olavarría de 34 años que abrazó la causa y, además de su involucramiento como profesional, lucha por ayudar a vencer los prejuicios que asumió como propios antes de concretar su primera experiencia.

El docente aclaró que "estuve participando como oyente en un seminario que se hizo en febrero en Mar Azul. Ahí fui con todos mis prejuicios. Porque pensaba que iba a estar esta gente que difunde la cuestión, pero me preguntaba si no se iba a enviciar, si no se intentaría hablar del consumo o de la despenalización. Pero fui y me encontré con un lugar desbordado, la Casa de la Cultura de Mar Azul, con gente de un promedio de edad más alto de lo que esperaba y con especialistas y políticos".

Reconoce que el acercamiento no fue casual, ya que "venía siguiendo el tema por una parte por un interés personal y otra por interés profesional, porque soy investigador del Conicet y docente en la Facultad de Ingeniería. Mi lugar de trabajo es la Química Analítica", aclaró. De ese modo, señaló un cambio en su perspectiva sobre el tema luego de participar de ambos seminarios. "El primero produjo en mí algo así como un estado de reflexión y éste de La Madrid impactó más viendo la convocatoria que tuvo esta gente".

Otra mirada

En la segunda oportunidad, Barreto no intervino como oyente sino expositor, pero valoró que "tuvo la participación de varios lugares del país, organizado por quienes están llevando adelante la causa y presentaron el proyecto en la Cámara de Diputados, con Martín Randazzo, que es el intendente de La Madrid, y como referente de la pata médica, el doctor Marcelo Morante. Hubo referentes, gente de Chile, que viene con una batalla previa importante, con un camino recorrido mucho más vasto, y también había gente de Uruguay".

Pese a sus reticencias iniciales, el profesional destacó que "el abordaje del tema es muy rico. Yo mismo fui con prejuicios al primer encuentro y cuando encontrás y escuchás desde el lugar que se discute cuando se expone el tema, te das cuenta de que estás en otro plano, que el eje de discusión es otro. Lo primero que había esperado como respuesta es ‘bueno, vamos a fumarnos uno’ ".

En cambio, la discusión "no tiene nada que ver con lo que se está discutiendo, no tiene que ver con un uso recreativo en ningún plano ni con la despenalización: se habla de la posibilidad de llevar adelante estudios científicos, con muchos datos actuales que legitiman la causa".

Pese a la ilegalidad existente para su producción en la mayoría de los países del mundo, Barreto sostuvo que "hay lugares y personas que están usando cannabis por decisión propia y a sabiendas de los efectos médicos comprobados en varios países". En ese sentido, "no estamos hablando de algo que están probando por probar, habrá alguna patología donde están suponiendo que puede llegar a funcionar. Se discute sobre los casos de certeza y se pone sobre la mesa en función de antecedentes científicos que existen".

Al comenzar a participar "esos prejuicios se fueron a los dos minutos, cuando vi cómo se conduce la información, incluso los cultivadores participan del lado de apuntar datos, en ningún momento se deslizó ninguna otra cosa".

Respaldos

La noble causa cuenta con el aval de Cannabis Medicinal Argentina (Cameda) y también de la ONG "Mamá Cultiva", en clara alusión a las madres que pese a las trabas legales optan por introducir el extracto o aceite de marihuana en el tratamiento de sus chicos. Barreto lamentó que "hoy no hay en el país un marco legal para el cultivo de marihuana con fines medicinales, como se quiere hacer en La Madrid".

La iniciativa "no es sólo una proyección desde lo político, sino que hay un apoyo médico muy importante. La presidenta de Cameda es médica clínica y madre de una nena con epilepsia; Marcelo Morante y otro grupo de médicos que trabajan con él en la Universidad de Medicina de La Plata; y Silvia Kochen, que es una investigadora del Conicet".

La participación del investigador no se da en forma aislada, sino que "lo importante también es que tengo el apoyo institucional de la Facultad de Ingeniería, no vengo sólo como Gastón Barreto, sino como parte activa y docente de la Facultad, lo cual representa un respaldo muy importante y también un aliciente".

En cuanto a la parte científica, surge la pregunta acerca de si los antecedentes "son vastos" y en ese caso "tal vez faltarían más estudios clínicos respecto de algunas patologías", aunque "respecto de otras está comprobado y hay países donde se usa como una medicina complementaria", manifestó.

Usos variados

En la actualidad, aunque los usos del cannabis terapéutico son variados, "hay dos líneas bien fuertes; una el extracto de cannabis en tratamiento del dolor como paliativo y esa línea es la que ataca Marcelo Morante, que habla de dolor y se especializó en Canadá. Por otro lado, una línea muy fuerte con una carga de emoción en los seminarios y una causa muy noble: el tratamiento de epilepsias refractarias", resaltó.

Sobre las mejorías experimentadas en este campo, advirtió que "si existe ‘Mamá Cultiva’ como ONG es porque tienen que ver con niños que están en estado casi adormecido por la alta carga que tienen esos fármacos y los videos muestran el proceso, cuando comienzan con esto como complementario, y el cambio está a la vista".

Al respecto, cuenta que una experiencia reciente reforzó sus seguridades sobre el tema. "En el seminario en La Madrid participé de la mesa redonda del domingo y al lado mío a la derecha estaba María Laura, que es la mamá de Josefina, quienes pudieron importar el aceite de Charlotte desde Canadá y la nena estaba ahí; era otra nena, como decía la mamá".

En definitiva, el uso medicinal de la marihuana es posible porque "conocemos la vía de acción: los seres humanos tenemos un sistema endocannabinoide y estos fitocannabinoides derivados de la marihuana actúan ahí, en centro que los neurólogos conocen muy bien". Para alcanzar mejoras sostenibles "falta poner sobre tablas la discusión y es genial desde los lugares donde se está encausando esta discusión".

La primera vez

La iniciativa gestada en General La Madrid no fue el primer acercamiento que el profesor de Ingeniería Química mantuvo con el uso terapéutico del cannabis. Ya antes había tenido oportunidad de tratar de ayudar en forma indirecta a una vecina de esta ciudad.

La situación fue casi de película, como expone el propio Barreto sobre su primera experiencia. "Llego a la marihuana por un caso particular. Lo cuento como anecdótico porque me llama alguien y me dice ‘Gastón, no te conozco pero alguien me dio el número. Sé que sabés de química, que trabajás en esto. Mi vieja es una enferma oncológica y está con quimioterapia. Le voy a hacer un extracto de cannabis’ ", revelaba un llamado anónimo.

El interlocutor estaba determinado a utilizar el controvertido vegetal. "Me sorprendió lo que me dijo: ‘Yo lo voy a hacer igual, quiero saber si estarías dispuesto a que te pase la receta con la cual lo voy a hacer y me ayudes de manera de evitar riesgos con tu opinión. Si no cortamos y está el plan B’ ".

Pero la curiosidad fue más fuerte y "mi elección fue la primera opción. Le dije: ‘Pasame la data, miremos lo que vamos a hacer porque se usa un solvente durante la extracción, pero a ese solvente hay que eliminarlo. No es difícil, pero hay ciertos cuidados que hay que tener, que necesitan una mirada especializada".

Desde ese momento no tan lejano "surgió la semillita. Lo ayudé, leímos la receta, él siguió su camino y yo empecé a mirarlo desde el punto de vista científico. Me apasiona la causa, me parece legítima", definió el profesor de Ingeniería Química.

Cuestiones técnicas

La industria farmacéutica no desconoce ni es ajena a las virtudes terapéuticas de la marihuana. Por ese motivo, "en la década del 80 se sintetizaron químicamente los cannabinoides y fitocannabinoides". Sin embargo, "lo que sucedió fue que cuando lo probaron en fármacos no anduvo", resaltó Barreto.

Esa facultad presente en otros medicamentos no pudo adaptarse en este caso porque "la marihuana tiene un efecto sinérgico y es necesario que estén presentes varios cannabinoides, que son muchos, o hay una sinergia con otros componentes; ésa es la pata que falta estudiar", detalló.

Esta variedad de usos y beneficios queda expuesta en una particularidad. "Pasa que algunas madres importan el aceite de Charlotte y no pasa nada, y sí pasa con otro aceite porque es tan amplia la variedad".

Otra cuestión que hoy en día favorece los avances es "el apoyo de los cultivadores, que son quienes tienen el dato de cómo cultivar. Ellos conocen las cepas en función de un uso recreativo de muchos años, de los efectos y de la información acerca de cuál semilla tiene menor o mayor contenido del famoso THC, que es el componente psicoactivo, y el cannabidiol, el CBD, que es el componente que supuestamente actúa como anticonvulsivo".

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