"Es una satisfacción para mí porque nunca me imaginé estar tanto tiempo acá. Me propusieron hacerme cargo por un fin de semana de la calesita y hace ya unos cuantos que estoy acá", dice sonriente y emocionado.
"Esteban Loholaberry me pidió que me hiciera cargo porque siempre andaba con los chicos", recuerda.
"A medida que pasa el tiempo uno se encariña con el lugar y con los chicos que vienen. El mejor tiempo es estar acá porque te saca de los problemas malos que podés tener en tu vida particular", señala.
La calesita de La Madrid tiene el raro privilegio de ser la única del país que es gratuita, además es una de las más antiguas de la Argentina. Comenzó a girar (recuerda Alfredo Chiste en "Historias de La Madrid") a finales de la década de 1970 y fue comprada la ciudad de Barker; el primer destino fue en un espacio donde hoy funciona el Banco Nación y luego sí recaló en la plazoleta. Tiempo atrás se restauró íntegramente gracias al aporte de Sergio "Pirulín" Martínez.
"Donde hay una calesita hay alegría. Cada vez que gira me emociona. Mi deseo es que todos los chicos de La Madrid y las localidades la puedan visitar", concluye.