En otros casos, la policía secuestró varias armas de fuego Todos exhibieron más o menos la misma modalidad. El dinero sustraído en los hechos no suman grandes cantidades. Fueron fugaces y efectivos. Alerta ante la inusitada reanimación de casos violentos. Hasta anoche no había detenidos. En otros procedimientos, hubo varios secuestros de armas derivados de conflictos personales.
Esta modalidad delictiva es la que cala más profundo en el ánimo de los encargados de la seguridad, porque los ilícitos donde se utilizan armas implican una multiplicación infinita del riesgo sobre la vida del damnificado, ante la posibilidad de que haya disparos intencionales o involuntarios que puedan derivar en una tragedia.
Uno de los asaltos ocurrió el domingo a las 21.30 en una despensa ubicada en Hornos y Celestino Muñoz, propiedad de Adalberto Sanabria. A esa hora el comerciante no tenía clientes que atender hasta que ingresó un joven, con la capucha de su buzo sobre la cabeza. El hombre no alcanzó a reaccionar cuando el desconocido extrajo un arma y lo encañonó. Nervioso y apurado, exigió el dinero. Sanabria no dijo nada, aceptó la situación y se corrió un par de pasos hacia la caja registradora.
Pero el ladrón no quería esperar más de lo necesario y, para apurar al comerciante, golpeó varias veces la culata del arma sobre el mostrador, mientras reforzaba sus exigencias. En ese momento el hombre advirtió un sonido extraño, precisamente el golpe del arma contra el mostrador. A simple vista parecía un revólver plateado, admitió Sanabria a EL POPULAR, pero el choque vacío contra la madera le hizo suponer que se trataba de una réplica de plástico. Aún así, optó por no resistirse y le entregó 80 pesos al ladrón.
Con el dinero el encapuchado corrió por Hornos hacia Chiclana donde, según advirtieron vecinos del lugar, a mitad de cuadra lo esperaba un cómplice con dos bicicletas. Ambos escaparon rápidamente y se perdieron por las calles del barrio. La Policía está al tanto del caso y al menos hasta anoche no habían sido atrapados.
En tanto, ayer se produjeron dos asaltos en una hora y media a comercios, con similar modalidad e idénticos resultados.
El primero ocurrió a las 18,30 en una despensa ubicada en Merlo y Cerrito, propiedad de Silvia Suárez. Hasta allí llegó un solitario delincuente armado, quien redujo a la dueña y la despojó de unos doscientos pesos en efectivo y un teléfono celular. Según apuntaron testigos, el ladrón se movilizaba a bordo de un ciclomotor Zanella color rojo.
A las 20, en tanto, otro asalto conmovió un kiosco ubicado en Avellaneda y Laprida. Un ladrón armado sorprendió a la dueña, Evangelina Olivera, y se apoderó de 40 pesos. Además le sustrajo un bolso con documentación personal y tarjetas. Este malviviente, comentaron ocasionales transeúntes, se movilizaba a bordo de una bicicleta playera.
Hasta anoche, por ninguno de estos casos se produjeron secuestros ni detenciones.
Armas
A partir de diversas denuncias que vecinos hicieron al número de emergencias 101, la policía logró secuestrar distintas armas de fuego, y de esa forma sacarlas de un posible circuito delictivo. Y como varias de esas armas estaban señaladas en la justicia por su posible vinculación con un delito, ahora existe una lista de sospechosos que deberán dar cuenta de su responsabilidad.
Uno de los casos ocurrió el domingo a las 13. Un patrullero fue convocado a Córdoba 3032 por un conflicto familiar, que derivó en una inspección en el domicilio. Allí, los uniformados encontraron una pistola Bersa calibre 22 y un revólver calibre 38 largo. Ambas tenían un pedido de secuestro activo.
Ayer a las 10 otro aparente conflicto personal derivó en el secuestro de un revólver. A esa hora un hombre llamó al 101 y denunció que una pareja lo había amenazado de muerte, y aportó datos de sus características físicas y vestimentas. Fue en Fassina y calle 19.
Cuando llegaron los efectivos, sorprendieron a la pareja en cuestión e intentaron demorarla. Pero ambos se fugaron en distintas direcciones. Luego de una breve persecución los policías lograron retener a Guadalupe Linares (22 años), quien tenía en su poder un revólver calibre 32 largo, con cuatro proyectiles intactos, y que presentaba el número de identificación limado.
Por este caso la mujer fue aprehendida, y se le inició una causa por "amenazas", y "presunta infracción al artículo 189" del Código Penal. Luego de prestar declaración, Linares recuperó la libertad.
Otra denuncia al 101 que derivó en el secuestro de un arma ocurrió ayer a las 18.15. Un hombre expuso que una mujer que estaba en la vía pública tenía en su poder un arma de fuego. Dos efectivos fueron hasta el lugar indicado: Muñoz 3800.
Allí demoraron a Laura Mieres (21), quien tenía entre sus ropas un revólver calibre 22 marca GMC. Al pedir información al servicio de informática de la Policía, se detectó que esa arma tenía un pedido de secuestro activo. Mieres fue retenida y puesta a disposición de la Unidad Funcional de Instrucción Nº 4, a cargo del fiscal Luis Eduardo Arbío.
Retenido
Un joven de 19 años fue retenido por la Policía por el robo de diversos artefactos de un auto estacionado en la vía pública.
El hecho ocurrió ayer a las 2.30 cuando la dueña de un Ford Escort advirtió que un ladrón había forzado la puerta y sacado elementos de su interior. El vehículo estaba estacionado en Azopardo y Aguilar.
La oportuna denuncia de la propietaria del auto al 101 permitió que un móvil con dos efectivos llegaran inmediatamente al lugar. La mujer aportó más datos sobre el ladrón, y a cuatro cuadras de allí fue interceptado Miguel Angel Montenegro, quien llevaba el pasacasete y los parlantes del Escort.