Los profesionales de la división de Explosivos llegaron a la ciudad pasado el mediodía y las operaciones culminaron a las 17 con una explosión.
La dotación de tres hombres estuvo a cargo del mayor Marcelo Milos, jefe del escuadrón. Primero se retiraron los ingenios (un obús 15 mm. y un proyectil de mortero) y se colocaron en un contenedor especial. "Tenían la misma morfología y tamaño que un proyectil pero eran de ejercicios, y la única forma de determinar de qué se trataba era detonándolos", explicó Milos.
Finalmente se realizaron los pasos que dicta el protocolo para asegurar la situación y ahora los elementos -ya detonados- serán remitidos a un museo del Departamento de Explosivos, se informó.