Entrevista a Marcos Pearson El especialista de la Unicén estuvo en La Madrid y brindó una charla sobre economía social y solidaria. Habló sobre las posibilidades y los desafíos de una comercialización diferente.
Pearson es docente de la alta casa de estudios, así como se desempeña como coordinador de las ferias verdes de la ciudad de Tandil.
La invitación a La Madrid llegó por parte de las técnicas Verónica Iriarte y Andrea Argaña, a través del Programa Pro Huerta del INTA. El objetivo de las reuniones fue brindar más herramientas a los feriantes locales, abordando en mayor profundidad lo que se conoce como economía social y solidaria, y sus alcances.
Desde el año 2011 la Unicén tiene un programa de extensión sobre esta temática. Desde hace algunos años la Universidad viene haciendo grandes esfuerzos para trabajar de manera integral la problemática, buscando tener un encuentro con la comunidad y ayudarlos a resolver los problemas a través de la docencia", contó el licenciado sobre los alcances de la investigación.
La base de la economía solidaria son los pequeños productores, cooperativas y grupos familiares que se encuentran atravesados por diversas dificultades a la hora de desarrollarse.
"Desde hace un tiempo se viene trabajando para construir espacios de visibilidad y comercialización para los emprendedores que se encuentran al margen de los lugares formales", contó Pearson y sostuvo que el Estado tiene un rol fundamental para lograrlo.
Los espacios de comercialización social "generan mucho valor agregado al trabajo" y lo que se busca es que se inserten en el mercado formal a través de distintas estrategias. Una de ellas son las denominadas "Ferias Verdes" que en La Madrid comenzó a funcionar hace prácticamente un año con una creciente aceptación en la comunidad. De la misma manera se han desarrollado en otras ciudades como la propia Tandil o Azul, por ejemplo.
Los desafíos
"La construcción de mercados" para este tipo de economía parece ser uno de los mayores contratiempos que tiene la alternativa económica.
"Debemos reflexionar de manera conjunta en torno a la economía social y solidaria. Nosotros trabajamos mucho en la reflexión conjunta. La construcción colectiva de saberes es la forma de aprender", sostiene el especialista.
El tópico se está volviendo cada vez más actual no sólo en las ciudades del interior sino también a lo largo y ancho del país y de América Latina, asevera Pearson y reflexiona que los cambios en torno al mundo del trabajo fueron factores preponderantes para que esto sucediera. "El mercado de trabajo tradicional ya no es el que era y las recurrentes crisis que sufre el sistema capitalista revitaliza las experiencias, que son distintas a las que conocieron nuestros padres o abuelos", sintetiza.
La economía social y solidaria tiene como punto de apoyo el trabajo asociativo cooperativo y la autogestión.
"Hoy está creciendo esta forma de desempeño económico y por ende hay nuevos horizontes institucionales, organizativos y de comercialización", apunta el referente y considera que la discusión de la ley nacional de economía solidaria concluirá de darle el sentido que busca.
- ¿Cuál es la mayor problemática que encuentran los productores a la hora de comercializar?
- Uno de los principales problemas es la comercialización.
Durante estos años se han diseñado distintas propuestas para que se gestione apoyo estatal al sistema autogestionado y asociativo; esto se logra a través de la capacitación, el apoyo y la entrega de maquinaria y por sobre todo la promoción de esta herramienta.
Pero a pesar de que es muy valorable, el problema principal es el "cuello de botella" que se genera en la comercialización porque cualquier desarrollo busca insertarse en un Mercado concentrado donde la mayoría de las reglamentaciones están guiadas a ese sector de las grandes empresas y no atienden a los pequeños productores.
Además hay un esquema comunicacional que hace muy difícil que se visualicen los productos alternativos.
Para los pequeños productores es imposible competir por eso una de las perspectivas que se trabaja es en la construcción de un mercado, generando conciencia ciudadana y educación. Por eso hay que poner en valor las experiencias.
Así se busca "construir" productores que sean conscientes de su trabajo, del cuidado del ambiente y que se favorezcan más personas y no sólo un patrón.
No se trabaja en intentar insertarse en un mercado que ya existe sino en buscar un nuevo paradigma y por ello las Ferias Verdes son muy importantes porque generan una relación directa entre el productor y el consumidor, donde se conocen las condiciones de trabajo.
- ¿Cómo se evita la competencia interna entre los propios productores y con los mercados?
- La perspectiva de la economía solidaria busca poner en el centro a la persona y el motor principal es la reproducción de la vida y no del dinero, como sucede en los mercados tradicionales.
Si se logra esto la competencia interna se sustituye por la de cooperación porque hay trabajo para todos y los recursos no son escasos, como se enseña tradicionalmente.
Hay que defender el trabajo y el desarrollo local que es en definitiva lo que garantizará el buen vivir de las comunidades. Hay que poner en valor el trabajo local porque las respuestas no necesariamente deben venir de grandes empresas. Cada comunidad puede pensar creativamente cómo resolver las problemáticas.
